Diario del proyecto Biodiversidad de la Finca El Cerro

01 de octubre de 2020

Los ecosistemas de la finca El Cerro - 5

Estos días estoy escribiendo la información que he ido recopilando en las últimas 3 décadas sobre los ecosistemas y especies presentes en la finca El Cerro. En la finca hay 5 ecosistemas principales:

1) Matorral-rosetal del cañón
2) Bosque húmedo y maduro de la quebrada alta
3) Bosque semihúmedo de encenillos de las laderas altas
4) Bosque joven de las laderas bajas
5) Pastizales y áreas abiertas alrededor de la casa y huerto

Voy a ir publicando, en forma sucesiva, la descripción de cada uno de estos ecosistemas. Terminando ahora con el último, de pastizales y áreas abiertas.

PASTIZALES Y ÁREAS ABIERTAS ALREDEDOR DE LA CASA Y HUERTO
Son las áreas que se han mantenido abiertas mediante podas de prado, cultivos y desyerbes regulares. Esto ha impedido la regeneración de árboles, arbustos, trepadoras y otras plantas del bosque y ha permitido que se mantengan como espacios con vegetación baja a la que le entra mucho sol. Las podas ocasionales que se hacen a los prados (apenas una o dos al año) permiten que el pasto crezca alto (con espigas de hasta 1 a 1.5 m de altura) y que, entremezclado con él, crezcan muchas flores silvestres.

Entre las especies dominantes en estos prados altos se cuentan: pasto poa (Holcus lanatus), ochoro o pasto azul (Dactylis glomerata), pasto de olor (Anthoxanthum odoratum), pasto kikuyo (Pennisetum clandestinum), achicoria (Hypochaeris radicata), carretón o trébol morado (Trifolium pratense), carretón o trébol blanco (Trifolium repens), oreja de ratón (Hydrocotyle bonplandii), acedera (Oxalis corniculata), sangre de toro (Rumex acetosella), Cyperus hermaphroditus, Dichondra sp., diente de león (Taraxacum sp.), venadito (Castilleja arvensis) y Orobanche minor.

La parte del prado que está detrás de la casa fue sujeta hace casi 30 años a una fuerte remoción de suelo, para ampliar la superficie plana en un área originalmente inclinada; esta área remata en unos taludes bastante inclinados (pendiente de 45 grados). Al retirarse la gruesa capa orgánica original, el terreno quedó más pobre en nutrientes y desde entonces el pasto aquí ha crecido más bajo, menos denso. Esto ha permitido que, con los años, crezca mucho musgo (Leptodontium) en el suelo y ha favorecido que en este sector crezca, entremezclada con las especies mencionadas arriba, una mayor variedad de hierbas y arbustos. Aquí se ven, por ejemplo, pastos nativos (Bromus pitensis, Andropogon aequatoriensis), margarita (Leucanthemum vulgare), orquídea de pastizal (Aa sp.), helechos (Elaphoglossum sp., Thelypteris rudis), vira-vira (Achyrocline sp.) y angelito (Monochaetum myrtoideum).

Hacia la huerta, que en la actualidad no se encuentra muy cultivada, se observan especies plantadas, con algunos arbolitos de hasta 4 a 6 m de altura. Entre estas especies cultivadas se cuentan laurel (Laurus nobilis), sauco (Sambucus nigra), durazno (Prunus persica), cidrón (Aloysia citriodora), rosa (Rosa sp.), romero (Salvia rosmarinus), salvias (Salvia leucantha, Salvia officinalis), orégano (Origanum sp.), tomillo (Thymus vulgaris), hinojo (Foeniculum vulgare), acedera (Rumex acetosa) y hierba de San Juan (Hypericum perforatum).

En este sector de la huerta se observan plántulas de árboles y arbustos, helechos y otras especies más propias de bosque, que constantemente están intentando colonizar este sector. Entre ellas, tuno esmeraldo (Miconia squamulosa), cucharo (Myrsine latifolia), arboloco o camargo (Verbesina crassiramea), amargoso (Ageratina asclepiadea), chucua (Viburnum tinoides), mora silvestre (Rubus robustus) y pecosa (Bomarea multiflora), así como ejemplares adultos de helechos (Thelypteris rudis, Pleopeltis macrocarpa, Pleopeltis murora).

RIQUEZA DE ESPECIES
Dos áreas de 1000 m2 de esta vegetación se encontraron albergando 20 y 59 especies de plantas vasculares respectivamente; de las cuales, respectivamente, 5 y 16 especies son nativas propias de bosques y matorrales. El resto son especies exóticas naturalizadas, especies nativas propias de áreas abiertas y especies cultivadas.

NOTAS SOBRE LA FAUNA
Para un ave como el copetón (Zonotrichia capensis), esta vegetación de áreas abiertas constituye el único hábitat adecuado que le queda disponible en la finca. Pues todas las demás áreas abiertas, que antes cubrían la mitad de la finca, han desaparecido debido a la regeneración de los bosques jóvenes descritos en la entrada anterior. Esto ha llevado a la desaparición en la finca de aves propias de áreas abiertas que antes se encontraban aquí en forma permanente u ocasional. Por ejemplo semillero (Catamenia analis), espiguero (Sporophila luctuosa), canario sabanero (Sicalis luteola), chirlobirlo (Sturnella magna) y perdiz (Colinus cristatus).

La adaptable mirla (Turdus fuscater) visita estos prados para buscar lombrices y otros invertebrados en el suelo. Cuando la huerta se encuentra cultivada, el bababuy (Pheucticus aureoventris) baja a ella, para comer las semillas de maíz y alverjas. Varios colibríes visitan el bebedero que hay instalado en la casa, para tomar agua azucarada; entre ellos Colibri coruscans, Chaetocercus mulsant, Coeligena bonapartei, Eriocnemis vestita, Lesbia victoriae y Ensifera ensifera.

Las golondrinas (Orochelidon murina) duermen y anidan bajo las tejas de la casa. El cucarachero (Troglodytes aedon) ocasionalmente construye su nido en el cobertizo donde se guardan las herramientas.

Bajo el suelo vive la serpiente tierrera (Atractus crassicaudatus). En estas áreas de pastizal también se pueden encontrar a veces individuos de las lagartijas Anolis heterodermus y Stenocercus trachycephalus. También ejemplares de la rana sabanera (Dendropsophus molitor).

Mamíferos como el conejo silvestre (Sylvilagus brasiliensis), chucha (Didelphis pernigra), zorro (Cerdocyon thous), comadreja (Mustela frenata), cusumbo (Nasuella olivacea) y curí silvestre (Cavia aperea), todos frecuentan estas áreas silvestres como lugar de paso y de alimentación. También se observan aquí ratones silvestres (Cricetidae) trepando a las espigas de pasto para alimentarse de sus semillas. Las musarañas (Cryptotis thomasi) recorren los pastizales en su constante búsqueda de invertebrados para alimentarse. Durante la noche, murciélagos de la familia Vespertilionidae sobrevuelan estas áreas abiertas, consumiendo insectos voladores.

Mariposas que frecuentan estas áreas de pastizal (antes presentes por gran parte de la finca, pero ahora reducidas a estos pequeños espacios que se han mantenido abiertos) son la amarilla del trébol (Colias dimera) y la azulita del trébol (Hemiargus hanno), ambas de las cuales buscan carretones o tréboles (Trifolium) para poner sus huevos. Otra mariposa típica de estas áreas abiertas es el satirino Panyapedaliodes drymaea, que, a diferencia de sus parientes cercanos, no se alimenta cuando es oruga de hojas de chusque, sino que come pastos.

Visitando las coloridas flores de achicorias y tréboles se observan más mariposas, como los hespéridos Ancyloxypha melanoneura y Poanes azin, el espejito del curubo (Dione glycera) y otras especies.

Cuando uno camina por los pastizales, a cada rato se levantan individuos de polillas del pasto (Crambidae), las cuales, luego de un corto vuelo, vuelven a posarse sobre otras hojas y tallos.

Caminando por los tallos de las gramíneas se observan chinches del pasto (Collaria). También un gran número de pequeños cicadélidos.

En las áreas abiertas de la finca se han registrado varias especies de cucarrones de la familia Scarabaeidae; por ejemplo Ancognatha ustulata, Clavipalpus ursinus y Manopus biguttatus. Las larvas de todas estas especies viven bajo el suelo de pastizales y cultivos y son las conocidas “chisas”. En ocasiones, se han registrado en estas áreas abiertas dos especies de escarabajos coprófagos, también de la familia Scarabaeidae (uno grande y uno pequeño).

Zumbando a baja altura, visitando flores, se pueden observar aquí al abejorro negro (Bombus pauloensis), la abeja doméstica (Apis mellifera) y la abeja de cuernos largos (Thygater aethiops). También pequeñas abejas Halictidae.

Otras especies que frecuentan las flores son moscas de la familia de los sírfidos (p. ej. Toxomerus).

Corriendo por el suelo se pueden observar en los pastizales dos especies de arañas lobas (Lycosoidea), una grande y una pequeña. Persiguiendo a estas arañas se observa ocasionalmente a una pequeña avispa de la familia Pompilidae, que las paraliza y arrastra hasta su nido, para que sirvan de alimento a sus crías.

Otra araña que frecuenta los pastizales es la pequeña y colorida Alpaida variabilis, que puede ser amarilla o roja.

El pastizal más pobre que queda detrás de la casa es el último sitio de la finca donde aún viven algunos individuos del saltamontes endémico Bogotacris varicolor, el cual requiere pastizales algo secos y cortos para su supervivencia. Esta especie, que antes se extendía por gran parte de la finca, ha perdido mucho terreno en ella debido al crecimiento del bosque nativo, que forma un hábitat donde los saltamontes no pueden vivir.

AFINIDADES CON OTRAS LOCALIDADES
Prados de clima frío, en suelos húmedos y fértiles por todas las cordilleras andinas de Colombia muestran una composición de especies muy parecida a la descrita aquí para los pastizales de la finca El Cerro. Son ambientes muy transformados, mantenidos por los seres humanos mediante el pastoreo de ganado o el corte ocasional del pasto. Aquí dominan completamente especies de flora exótica, como el africano pasto kikuyo y los europeos pasto poa, ochoro y oloroso. También son de origen europeo las achicorias, carretones y dientes de león, que son las flores más comunes y las que le dan a estos prados sus colores amarillos, rosados y blancos tan característicos.

Los pastos nativos están limitados sobre todo a áreas con suelos más pobres, ácidos, secos o a lugares despejados por la agricultura o a bordes de caminos, donde quedan abiertos espacios libres de las agresivas e invasoras especies extranjeras.

En la mitad de los pastizales dominados por pastos y otras hierbas exóticas, crecen, en baja abundancia, algunas especies nativas, como las aquí mencionadas venadito (Castilleja arvensis), oreja de ratón (Hydrocotyle bonplandii), Dichondra sp. y Cyperus hermaphroditus.

En otras localidades, cuando los suelos son más secos y ácidos, se entremezcla un mayor número de especies entre los pastizales, incluyendo un mayor porcentaje y cobertura de especies nativas, por ejemplo especies de Rhynchospora, Cuphea, Spermacoce, Andropogon, Bothriochloa, Setaria, etc. En otros lugares, cuando los suelos son más húmedos, llegando a encharcarse, pastizales parecidos al descrito también incorporan otra variedad de especies nativas, entre ellas de los géneros Juncus, Acmella y Cuphea.

Publicado el octubre 1, 2020 04:13 MAÑANA por mateohernandezschmidt mateohernandezschmidt | 1 comentario | Deja un comentario

30 de septiembre de 2020

Los ecosistemas de la finca El Cerro - 4

Estos días estoy escribiendo la información que he ido recopilando en las últimas 3 décadas sobre los ecosistemas y especies presentes en la finca El Cerro. En la finca hay 5 ecosistemas principales:

1) Matorral-rosetal del cañón
2) Bosque húmedo y maduro de la quebrada alta
3) Bosque semihúmedo de encenillos de las laderas altas
4) Bosque joven de las laderas bajas
5) Pastizales y áreas abiertas alrededor de la casa y huerto

Voy a ir publicando, en forma sucesiva, la descripción de cada uno de estos ecosistemas. Continuando ahora con el bosque más joven de la finca, que lleva cerca de 30 años regenerándose.

BOSQUE JOVEN DE LAS LADERAS BAJAS
Este es un bosque que ya casi cumple 30 años de edad, cuya regeneración se inició en el momento en que mis papás compraron la finca. A partir de entonces, los terrenos de la mitad baja de la finca, donde este bosque se localiza ahora, dejaron de dedicarse al cultivo de papa y al pastoreo de ganado. Durante su primer año de su desarrollo, al ser sacada una cosecha de papa, de la tierra desnuda salieron una gran cantidad de plantas arvenses, de flores atractivas (como Raphanus, Brassica y muchas otras). Luego, el pasto y otras hierbas perennes nacieron e invadieron y pudieron crecer altos, sin ser cortados.

Con los años, fueron naciendo entre el pasto alto una variedad de arbustos, trepadoras y árboles espontáneos. Yo también planté algunos centenares de árboles nativos, que contribuyeron a acelerar la regeneración de la vegetación en ciertos lugares. Luego de este proceso, en la actualidad se ha desarrollado un bosque joven, denso, dominado por especies pioneras, con árboles de poca altura (5-10 m) y troncos con diámetros aún delgados (usualmente menos de 30 cm). En este bosque joven hay muchas trepadoras y también sectores donde dominan especies de crecimiento agresivo, como zarza y chusque.

Con el paso de las décadas, el pasto kikuyo, que por años dominó en los estratos bajos, ha desaparecido en su mayor parte, siendo ahora reemplazado por un sotobosque lleno de arbolitos, arbustos y otras plantas del bosque. El suelo del joven bosque aparece ahora cubierto de hojarasca, colchones de musgo, helechos, otras plantas de sombra y plántulas de las especies de los estratos superiores.

En la actualidad, las especies de árboles jóvenes que dominan este bosque incluyen camargo (Verbesina crassiramea), raque (Vallea stipularis), cucharo espadero (Myrsine coriacea), otros cucharos (Myrsine latifolia, Myrsine cf. pellucida), chucua (Viburnum tinoides), mano de oso (Oreopanax incisus), duraznillo (Abatia parviflora), ojo de perdiz (Rhamnus sphaerosperma), cedrillo (Phyllanthus salviifolius), amarguero amarillo (Critoniopsis bogotana), salvio blanco (Lippia hirsuta) y cordoncillo (Piper bogotense).

También se encuentran esparcidos por el área algunos ejemplares de árboles y arbustos grandes de muchas décadas de edad, sobrevivientes del bosque en el momento en que la finca se encontraba cultivada. Ahora estos ejemplares y muchos hijos suyos son parte del nuevo bosque. Entre estas especies se cuentan, además del raque, chucua y cucharos mencionadas arriba, el tuno esmeraldo (Miconia squamulosa), tíbar (Escallonia discolor), aliso (Alnus acuminata) y algunas otras.

En el lugar también se observa regeneración espontánea de árboles de bosque más maduro, como el cedro (Cedrela montana), aguacatillo (Persea mutisii) y arrayán negro (Myrcianthes rhopaloides), todos los cuales incluyen varios ejemplares que ya alcanzan entre 3 a 8 m de altura. Otras especies que he observado regenerándose recientemente, en forma espontánea, incluyen el chuguacá u hojiancho (Hieronyma rufa), granizo (Hedyosmum colombianum), gaque (Clusia elliptica) y huesito (Geissanthus bogotensis).

En algunos sectores de este bosque joven he venido plantando más árboles de bosque maduro, propagados por semillas y plántulas procedentes de la misma finca, con especies como encenillo (Weinmannia tomentosa), susca (Ocotea calophylla), ruache (Prunus buxifolia), tuno roso (Axinaea macrophylla), pino hayuelo (Prumnopitys montana), calabacillo (Meliosma arenosa) y Symplocos mucronata, todos ellos con ejemplares que ya alcanzan alturas de entre 2 a 5 m.

También he plantado algunos pocos ejemplares de árboles nativos de otras regiones de Colombia, pero no de Subachoque. Entre ellos roble (Quercus humboldtii) y alcaparro (Senna viarum).

Especies de arbustos espontáneos que ahora dominan en este bosque incluyen el chusque (Chusquea scandens), tunos (Miconia biappendiculata, Miconia cataractae), cordoncillo pequeño (Piper artanthe), amargoso (Ageratina asclepiadea), etc.

Epífitas que se establecen cada vez con mayor frecuencia en este joven bosque incluyen los quiches (Tillandsia biflora, Tillandsia denudata, Tillandsia incarnata, Tillandsia pastensis, Tillandsia sp., Vriesea sp. nov.), orquídea (Epidendrum excisum) y helechos (Pleopeltis macrocarpa, Pleopeltis murora). Sobre algunos árboles he venido cultivando varias especies de orquídeas procedentes de la región, varias de las cuales han terminado produciendo semillas y propagándose espontáneamente en troncos y ramas vecinos. Entre estas especies que se están estableciendo así se cuentan Epidendrum sp., Lepanthes monoptera y Pleurothallis talpinaria.

Entre las trepadoras se cuentan el bejuco colorado o coronillo (Muehlenbeckia tamnifolia), curubos (Passiflora mixta, Passiflora mollissima, Passiflora tarminiana – estas dos últimas, naturalizadas, procedentes de semillas de plantas antes cultivadas en la zona), valeriana (Valeriana clematitis), clavellino (Mutisia clematis), belladona (Salpichroa tristis), pecosa (Bomarea multiflora), Smilax tomentosa, Smilax domingensis, bejuco blanco (Oligactis sessiliflora), Munnozia senecionidis y mano de león (Jungia ferruginea). También un par de especies que han sido propagadas por mí, los zarcillejos o fucsias trepadoras (Fuchsia petiolaris, Fuchsia venusta – la primera de esquejes procedentes de bosques cercanos, la segunda traída de bosques de niebla del escarpe occidental de la Sabana de Bogotá).

Otras plantas arbustivas, de tallos largos y apoyantes, comunes en el lugar, son la mora silvestre (Rubus robustus), Alloispermum pachensis, Bidens rubifolia y Phenax rugosus.

Especies herbáceas frecuentes en este bosque joven son el helecho marranero (Pteridium arachnoideum), otros helechos (Asplenium spp., Campyloneurum sp., Dryopteris wallichiana, Niphidium sp., Serpocaulon funckii, Serpocaulon levigatum, Serpocaulon sessilifolium, Thelypteris spp.), Peperomia spp., Uncinia hamata, chulco (Oxalis fendleri) y coralito (Galium hypocarpium), este último con tallos algo trepadores.

En los últimos 10 años han estado naciendo cada vez más especies de orquídeas terrestres espontáneas, incluyendo especies que no estaban presentes hace algunas décadas en la finca. Entre estas orquídeas se cuentan Cranichis cf. ciliata, Cranichis diphylla, Cyclopogon elatus, Govenia sp., Ponthieva ochreata, Prescottia stachyodes y Stenorrhynchos albidomaculatum. También he observado regeneración espontánea de la orquídea aguadija (Cyrtochilum revolutum) y Telipogon nervosus.

Además, también se ha venido propagando espontáneamente, a partir de algunos ejemplares introducidos por mi hace cerca de 25 años, la orquídea Pleurothallis phalangifera.

RIQUEZA DE ESPECIES
Tres áreas de 1000 m2 de vegetación de este bosque joven se encontraron albergando 66, 76 y 90 especies de plantas vasculares respectivamente; de ellas, respectivamente 64, 43 y 89 nativas, espontáneas, propias de bosques y matorrales. El número más bajo de especies nativas de bosque espontáneas (43) se encontró creciendo en una zona más alejada de los bosques más extensos y antiguos de la finca. El número más alto (89) se encontró en la parcela más cercana a estos bosques, que, presumiblemente, recibe más lluvia de semillas.

NOTAS SOBRE LA FAUNA
A medida que este sector, antes abierto, se ha ido cubriendo de bosque, ha sido evidente el repoblamiento con fauna asociada al bosque. Por ejemplo, hace unos años, apareció por vez primera la ardilla (Sciurus granatensis), que antes no estaba presente en la finca. De la misma manera, ahora se ve a la pava de monte (Penelope montagnii), especie que hace más de 5 años tampoco se encontraba en el lugar.

Especies de mamíferos como el cusumbo (Nasuella olivacea), el zorro (Cerdocyon thous), la comadreja (Mustela frenata) y la chucha (Didelphis pernigra) usan esta área como hábitat desde hace años, incluso cuando estaba más abierto, con pastizal-matorral en regeneración. Otras especies propias del lugar son la musaraña (Cryptotis thomasi) y ratones silvestres (como Thomasomys cf. niveipes y otras especies nativas). Pequeños murciélagos (Vespertilionidae) revolotean sobre el dosel, en claros y a lo largo de caminos, capturando insectos voladores. En este bosque joven quizás se encuentren otros murciélagos, como los frugívoros Sturnira.

Aves que hace 20 años se mantenían más arriba en la montaña, en los restos de vegetación boscosa más conservada que existían en aquel entonces, han ido ampliando su área de habitación en la finca a medida que este bosque joven ha ido desarrollándose. Así, ahora es posible observar en este bosque a especies de suelo y sotobosque denso como comprapán (Grallaria ruficapilla), tororoi (Grallaria squamigera), tapaculo (Scytalopus griseicollis), chamicero (Synallaxis subpudica), cucarachero rufo (Cinnycerthia unirufa), gorriones monteses (Arremon assimilis, Atlapetes pallidinucha), arañero (Myiothlypis nigrocrostata), gorro de felpa (Catamblyrhynchus diadema) y arrendajo negro (Amblycercus holosericeus).

Aves que se desplazan en pequeñas bandadas mixtas incluyen al tiranuelo (Mecocerculus leucophrys), abanico (Myioborus ornatus) y hemispingo (Thlypopsis superciliaris). Comiendo frutos y dispersando sus semillas se observan aves como la torcaza (Patagioenas fasciata), cotinga (Ampelion rubrocristatus), mirla (Turdus fuscater) y clarinero (Anisognathus igniventris).

Tomando el néctar de numerosas flores que abundan en este tipo de bosque, se encuentran colibríes como Colibri coruscans, Coeligena bonapartei, Ensifera ensifera, Lesbia victoriae, Metallura tyrianthina, Lafresnaya lafresnayi, Chaetocercus mulsant y otras especies. También pinchaflores (Diglossa humeralis y Diglossa cyanea).

Aves rapaces que acechan a sus presas aquí son, durante el día, el gavilán Accipiter striatus. Durante la noche, algunos búhos (Ciccaba albitarsis, Megascops choliba).

Ocultas bajo el suelo, enterradas, se encuentran aquí las serpientes tierreras (Atractus crassicaudatus).

En los bordes bien iluminados del bosque se pueden encontrar lagartijas como Anolis heterodermus y Stenocercus trachycephalus. La rana sabanera (Dendropsophus molitor) también es un habitante frecuente de este bosque joven.

Entre los insectos del bosque destacan las mariposas asociadas al chusque, frecuentes en los bordes del bosque y claros soleados donde abunda este bambú andino, la planta nutricia de sus orugas. Entre las especies presentes se cuentan los satirinos Corades chelonis, Corades medeba, Eretris apuleja, Lasiophila circe, Lymanopoda samius, Lymanopoda sp., Pedaliodes phaea, Pedaliodes phoenissa, Pedaliodes cf. polusca, Steremnia selva y Steroma bega. El pequeño hespérido Parphorus paramus también suele encontrarse aquí, asociado a las matas de chusque.

La mariposa amarilla Leptophobia eleone vuela en los bordes de bosque y claros, buscando brasicáceas (Cardamine, Polypsecadium) en las cuales pone sus huevos.

Otras mariposas pasan la mayor parte del tiempo en la parte alta y soleada de los árboles y arbustos. Por ejemplo Dione glycera, Altinote trinacria, Actinote eresia, Adelpha corcyra, Catasticta spp. y Leodonta zenobia, que toman néctar en el dosel y bordes de bosque. También la pequeña y brillante Orophila cardases, que se posa alto sobre los árboles y vigila allí su territorio, lanzándose en rápido vuelo sobre otras mariposas que se acercan.

En el dosel del bosque los polinizadores más importantes de árboles y trepadoras son la introducida abeja doméstica (Apis mellifera) y el abejorro amarillo (Bombus hortulanus). Este último también frecuenta claros y bordes de bosque, donde, desde tempranas horas de la mañana, extrae polen de las flores de hierbamora (Solanum grupo americanum), así como de otras especies. Otros abejorros que frecuentan los bordes de bosque son el abejorro negro (Bombus pauloensis), especie más propia de potreros. Y, ocasionalmente, Bombus rubicundus, que baja de los páramos y bosques de mayor elevación, ya que en la región normalmente vive por encima de 3000 metros sobre el nivel del mar.

Otra abeja nativa que frecuenta los claros y bordes de bosque, polinizando flores de salvias, hierbamora y otras especies, es Thygater aethiops.

Un grupo importante de visitantes de las flores del dosel es el de las moscas de la familia Tachinidae. Estas moscas (de las cuales por lo menos 7 especies grandes habitan en la finca) pasan mucho tiempo posadas sobre el follaje de claros soleados y bordes del bosque. Al ser parasitoides de orugas de lepidópteros y de otros insectos, deben ser controladoras muy importantes de estos pequeños herbívoros del bosque.

Cientos de especies de polillas nocturnas pueblan el bosque; es un grupo muy poco estudiado en el lugar, que incluye gruesos satúrnidos (p. ej. Erythromeris), erébidos (p. ej. Hypercompe, Amastus), geométridos, noctúidos, pterofóridos, etc.

Al anochecer y al amanecer se escuchan los zumbidos “bzzzc”, repetidos de tanto en tanto, de una especie de chicharra que produce estos sonidos en vuelo. Un sonido muy característico del bosque en la noche es el continuo canto de pequeños grillos (Gryllidae).

Zancudos picadores de la familia Culicidae son comunes. También lo son las inofensivas típulas (Tipulidae) de patas largas.

Durante la noche, se observan las luces de una especie de luciérnaga (Lampyridae), volando a baja altura en los bordes del bosque.

En el bosque abundan diversos coleópteros, por ejemplo escarabajos longicornios (Cerambycidae), Passalidae, Curculionidae, etc. Corriendo entre la hojarasca durante la noche se observan pequeños Carabidae.

La hojarasca y el musgo son muy ricos en pequeños animales como colémbolos, dipluros, ciempiés, milpiés, arañitas, etc.

Bajo el suelo se encuentran larvas de escarabajos de la familia Scarabaeidae (“chisas”), así como lombrices de tierra, sanguijuelas y planarias terrestres (Geoplanidae).

A lo largo de los años el terreno que hoy en día es este bosque, así como ha ido incrementando las poblaciones de numerosas especies asociadas al bosque, también ha ido perdiendo otras, más propias de las antiguas áreas abiertas que ya han desaparecido. Así, por ejemplo, ya no se encuentran en la mayor parte de la finca saltamontes (Bogotacris varicolor), mariquitas (Eriopis punicola), mariposas de potrero (Colias dimera, Hemiargus hanno), avispas cazadoras de arañas (Pompilidae) y arañas lobas (Lycosoidea), que hace 20 a 30 años eran comunes por los potreros en regeneración.

Hace más de 25 años vivía en esta área de la finca una pequeña población de ranitas (Hyloxalus subpunctatus) alrededor de una poza con agua bajo un grupo de árboles de aliso. La poza se secó y las ranitas desaparecieron por completo del terreno. Dentro de otra poza (que también terminó secándose) vi también hace unos 25 años, un ejemplar de la culebra sabanera (Erythrolamprus epinephelus). Sólo vi esta especie en esta única oportunidad y desde entonces no la he vuelto a registrar en la finca.

Varias aves de campos de cultivo, potreros y bordes de bosque, que vivieron en la finca hace 20 a 30 años, ya no existen aquí, pues el hábitat se ha vuelto densamente boscoso y ya no resulta adecuado para ellas. Entre estas especies están la perdiz (Colinus cristatus), semilleros (Catamenia analis, Catamenia homochroa), canario sabanero (Sicalis luteola), espiguero (Sporophila luctuosa) y chirlobirlo (Sturnella magna). Todas estas especies de aves siguen existiendo en los campos y potreros de las fincas vecinas.

AFINIDADES CON OTRAS LOCALIDADES
En la finca, buena parte de las áreas cubiertas por este bosque joven se caracterizan por tener suelos profundos y relativamente fértiles, a diferencia de lo que ocurre con los bosques de la quebrada alta y de encenillos descritos antes, los cuales se desarrollan sobre suelos superficiales. La fertilidad del suelo y lo exuberante de la vegetación hace que este bosque joven sea muy productivo, que en él se encuentren grandes poblaciones de insectos y, a su vez, de aves y otros pequeños animales que los consumen.

Este tipo de bosques altoandino en regeneración, dominado por especies pioneras, que crecen en suelos relativamente fértiles y húmedos, es similar al que se desarrolla en otras partes con condiciones similares de las laderas medias y bajas de los cerros alrededor de Bogotá. También puede ser similar al bosque que alguna vez se desarrolló en las partes planas de la Sabana de Bogotá. Especies como el tíbar y el aliso son muy distintivas de este bosque en la finca. Y este mismo tíbar y aliso (ambas especies que aguantan bien las inundaciones) pudieron dominar en los antiguos bosques inundables, ya prácticamente desaparecidos, de la planicie de la Sabana.

Especies de este bosque que también se sabe que se desarrollaron alguna vez en los bosques inundables de la Sabana incluyen el laurel de cera (Morella parvifolia), garrocho (Viburnum tinoides), camargo (Verbesina crassiramea), chilco (Baccharis latifolia), mora silvestre (Rubus robustus), bejuco coronillo (Muehlenbeckia tamnifolia) y cansabrazos o botoncillo (Galianthe bogotensis).

Al observar la regeneración de especies más longevas, de bosque maduro, que está teniendo lugar en este bosque luego de casi 30 años de sucesión vegetal, es desde ya evidente que en unas décadas va a terminar siendo dominado por cedro (Cedrela montana), arrayán negro (Myrcianthes rhopaloides) y mano de oso (Oreopanax incisus); y posiblemente aguacatillo (Persea mutisii), ruache (Prunus buxifolia) y otros árboles de lento crecimiento mencionados arriba.

Este conjunto de especies (especialmente la combinación de cedro, mano de oso y ruache), es similar al que se observa en bosques bien conservados, moderadamente húmedos, con suelos fértiles y bien drenados, en las laderas bajas y medias de los cerros que rodean el altiplano cundiboyacense, en municipios como Santa Rosa de Viterbo, Tenjo, Chía y Bogotá (cerros Orientales).

Publicado el septiembre 30, 2020 05:48 TARDE por mateohernandezschmidt mateohernandezschmidt | 0 comentarios | Deja un comentario

15 de septiembre de 2020

Los ecosistemas de la finca El Cerro - 3

Estos días estoy escribiendo la información que he ido recopilando en las últimas 3 décadas sobre los ecosistemas y especies presentes en la finca El Cerro. En la finca hay 5 ecosistemas principales:

1) Matorral-rosetal del cañón
2) Bosque húmedo y maduro de la quebrada alta
3) Bosque semihúmedo de encenillos de las laderas altas
4) Bosque joven de las laderas bajas
5) Pastizales y áreas abiertas alrededor de la casa y huerto

Voy a ir publicando, en forma sucesiva, la descripción de cada uno de estos ecosistemas. Inciando con el del cañón de la finca. En esta ocasión sobre el bosque que ocupa la mayor parte de las laderas altas de la finca, dominado por encenillos.

BOSQUE SEMIHÚMEDO DE ENCENILLOS DE LAS LADERAS ALTAS
Este tipo de bosque, que cubre la mayor parte de las laderas altas de la finca, crece sobre terrenos bastante inclinados, a menudo con pendientes que exceden los 45 grados. El suelo es rocoso y ácido, relativamente poco profundo. Estas condiciones limitan el desarrollo del bosque, que, década tras década, se mantiene de porte modesto. El dosel apenas alcanza entre 5 a 12 m de altura y son raros los árboles que superan los 30 cm de diámetro del tronco.

La especie dominante es el encenillo (Weinmannia tomentosa). Otras especies de árboles y arbolitos particularmente comunes son el cucharo (Myrsine cf. pellucida), mulato (Ilex kunthiana) y romero de monte (Diplostephium rosmarinifolius). También hay presencia de raque (Vallea stipularis), chucua (Viburnum tinoides), laurel de cera (Morella parvifolia), mano de oso (Oreopanax incisus), cucharo espadero (Myrsine coriacea) y tagua (Gaiadendron punctatum).

Las trepadoras más grandes están representadas por especies como Smilax tomentosa, Smilax domingensis, Valeriana clematitis, duarte (Pentacalia americana), clavellino (Mutisia clematis) y colmenero (Llerasia lindenii). También por especies menores, de tallos volubles o apoyantes como el bejuco blanco (Oligactis sessiliflora), Alloispermum pachensis, Baccharis bogotensis, Bidens rubifolia, Fleischmannia klattiana, Matelea mutisiana, coralito (Galium hypocarpium) y Galium canescens.

Sobre las ramas y troncos de los árboles crece una cantidad moderada de epífitas vasculares, que incluyen quiches (Tillandsia biflora, Tillandsia denudata, Tillandsia pastensis, Tillandsia turneri, Tillandsia sp., Vriesea sp. nov.) y helechos (Pleopeltis macrocarpa, Pleopeltis murora, Serpocaulon sessilifolium). Creciendo como epífitas a baja altura sobre el suelo (casi siempre a menos de 3 m) se ven orquídeas como Stelis spp., Acianthera polystachya, Epidendrum excisum, Lepanthes monoptera, Lepanthopsis peniculus, Myoxanthus melittanthus y Platystele oxyglossa.

En los estratos bajos abundan ericáceas como la uva de monte (Cavendishia nitida), uva de anís (Cavendishia bracteata) y uva camarona (Macleania rupestris). También otros arbustos como amargoso (Ageratina asclepiadea), tuno esmeraldo (Miconia squamulosa), tuno (Miconia ligustrina) y ojos de perdiz (Rhamnus goudotiana, Rhamnus sphaerosperma). En algunos sectores hay cantidades moderadas de chusque (Chusquea scandens).

El suelo del bosque está cubierto por gruesos colchones de musgo, siendo particularmente desarrollados los que forma el Hypnum amabile. Sobre estos crece una gran cantidad y variedad de orquídeas, destacándose Cyrtochilum revolutum, Elleanthus sp., Gomphichis cundinamarcae, Pleurothallis cf. bivalvis, Stelis galeata, Stelis pittieri, Stelis spp., Masdevallia coriacea, Cranichis diphylla, Ponthieva ochreata, etc.

El suelo relativamente bien iluminado de este bosque de porte bajo, cubierto con estos colchones de musgo, resulta adecuado como lugar de crecimiento de las bromeliáceas epífitas nombradas arriba; cuando caen al suelo por su propio peso o al romperse las ramas en las que crecen, se van enderezando por sí mismas, acomodándose a su nuevo hábitat terrestre, donde continúan creciendo, floreciendo y produciendo semillas.

Otras especies herbáceas presentes en el piso del bosque son helechos (Elaphoglossum spp., Pteridium arachnoideum, Serpocaulon funckii, Serpocaulon levigatum, Niphidium cf. mortonianum), caminadera (Diphasiastrum thyoides) y Peperomia spp.

Por evidencias como el tipo de suelos, el lento crecimiento de las especies presentes que se ha observado a lo largo de las décadas y la gran abundancia y diversidad de un grupo indicador de madurez del bosque como es el de las orquídeas, se puede estimar que este bosque, aunque de porte bajo, tiene siglos de crecimiento acumulado. Es maduro, pero no intacto, pues de él se pudieron haber sacado ciertos ejemplares y especies de maderas más finas y mayor porte… quizás hasta acabar con los ejemplares adultos de ciertas de estas especies que pudieron haber crecido aquí en el pasado.

Así, hoy no hay presencia en este bosque (pero sí en otros cercanos) del pino hayuelo (Prumnopitys montana). Cerca de los límites más bajos de este ecosistema crecen hasta hoy ejemplares adultos y juveniles de aguacatillo (Persea mutisii), ruache (Prunus buxifolia), chuguacá (Hieronyma rufa), arrayán negro (Myrcianthes rhopaloides) y calabacillo (Meliosma arenosa), todas las cuales pudieron haber sido especies más prevalentes en este bosque en el pasado.

En sectores de este bosque de encenillos hay actualmente indicios de regeneración espontánea de especies como cedro (Cedrela montana), gaque (Clusia elliptica) y arrayán negro (Myrcianthes rhopaloides), lo que hace pensar que este hábitat, aunque no vaya a desarrollarse hasta alcanzar un gran porte, con el tiempo sí puede llegar a repoblarse con una mayor variedad de especies de bosque maduro.

Hacia el límite entre este bosque de encenillos y la vegetación de matorral-rosetal de las laderas rocosas del cañón, es claro cómo los árboles rápidamente disminuyen de porte, se reduce el número de plantas epífitas y, en general, se reduce la diversidad de especies de plantas del sotobosque. Además, empiezan a aparecer especies de porte pequeño que requieren abundante luz para crecer. A pesar de estas diferencias, es notorio cómo el bosque de encenillos y el matorral-rosetal del cañón comparten muchas especies. Y no es difícil imaginar cómo, en lugares donde esta vegetación de las laderas del cañón logra, tras décadas o siglos de crecimiento, ir acumulando suficiente materia orgánica en el suelo, su vegetación va incrementando gradualmente su porte hasta convertirse precisamente en un bosque de encenillos como el aquí descrito.

RIQUEZA DE ESPECIES
Un área de 1000 m2 de vegetación de este bosque de encenillos se encontró albergando 69 especies de plantas vasculares, todas ellas nativas propias de bosques y matorrales.

NOTAS SOBRE LA FAUNA
Este bosque de encenillos es usado como hábitat por algunos mamíferos de tamaño mediano, como el fara (Didelphis pernigra), cusumbo (Nasuella olivacea) y zorro (Cerdocyon thous). Es posible que aquí también se encuentren el tigrillo (Leopardus tigrinus) y borugo o tinajo (Cuniculus taczanowskii); posiblemente se necesite recurrir al uso de cámaras-trampa para verificar la presencia de estas dos últimas especies.

También se encuentran aquí la ardilla (Sciurus granatensis), musaraña (Cryptotis thomasi), ratones (por ejemplo Thomasomys) y posiblemente murciélagos, entre ellos vespertiliónidos comedores de insectos y quizás algún glosofagino del género Anoura, comedor del néctar de ericáceas y otras flores.

En el bosque se encuentran en forma ocasional pavas de monte (Penelope montagnii), que han ido llegando a la finca en los últimos 5 años (pues antes se encontraban ausentes de este lugar). Otras aves que comen frutos y dispersan sus semillas son la torcaza collareja (Patagioenas fasciata), mirla (Turdus fuscater) y clarinero (Anisognathus igniventris).

Los pinchaflores (Diglossa cf. humeralis y Diglossa cyanea) usan su pico ganchudo para acceder al néctar de ericáceas y otras plantas del bosque. El tiranuelo (Mecocerculus leucophrys) sigue pequeñas bandadas mixtas que pueden incluir tangaras, reinitas y otras aves pequeñas. Entre las aves que recorren y esculcan entre la vegetación de sotobosque de este hábitat están el gorrión montés (Atlapetes schistaceus) y el cucarachero rufo (Cinnycerthia unirufa). El tapaculo (Scytalopus griseicollis) brinca por el suelo y las ramas más bajas de la espesura.

Varios colibríes son frecuentes en el bosque, recorriéndolo en busca del néctar de arbustos y trepadoras dispersos. Entre ellos se cuentan Coeligena bonapartei, Eriocnemis vestita, Ensifera ensifera, Colibri coruscans y Metallura tyrianthina.

El gavilán o azor (Accipiter striatus) se observa en ocasiones en parejas, remontándose en vuelo sobre este bosque, vocalizando ruidosamente. Es posible que anide aquí. De resto, permanece oculto entre el sotobosque, lanzándose en rápido vuelo para perseguir a las aves de las cuales se alimenta.

Otro depredador del bosque es el pequeño búho o mochuelo (Glaucidium jardinii), que también acecha aves pequeñas, oculto entre la vegetación. El canto de esta especie se escucha con más frecuencia al amanecer o al atardecer.

Sobrevolando el área se observan parejas o familias de águila de páramo (Geranoaetus melanoleucus), que bajan regularmente de las laderas más altas cercanas a la finca.

Entre los insectos, destacan las mariposas satirinas, de tonos predominantemente oscuros, que revolotean en las horas de más sol, sobre todo en claros y bordes donde abunda la planta nutricia de sus orugas: el chusque. Hacia la copa de los árboles vuelan mariposas Catasticta y Leodonta, que buscan plantas parásitas de las familias de las santaláceas (Dendrophthora), lorantáceas (Gaiadendron) y eremolepidáceas (Eubrachion) para poner sus huevos.

Otras especies que revolotean en la parte alta del bosque, buscando la floración de árboles y lianas para tomar su néctar incluyen a Altinote trinacria, Dione glycera y hespéridos (Serdis, Thespieus).

Sobre las plantas florecidas del dosel también se encuentran la abeja doméstica (Apis mellifera) y el abejorro amarillo y negro (Bombus hortulanus), polinizadores importantes de estas especies. Ocasionalmente también se observa al abejorro rojo de páramo (Bombus rubicundus), que baja de las altas montañas vecinas.

Libando flores del dosel se observan avispas ocasionales.

Las moscas taquínidas son comunes y se las observa posadas en la vegetación soleada de bordes y claros, así como visitando una variedad de flores de árboles, trepadoras y arbustos. En los estratos bajos del bosque se observan pequeñas moscas drosofílidas, que son las polinizadoras principales de las orquídeas de estos bosques altoandinos.

Entre la hojarasca y musgo del suelo se observan invertebrados como colémbolos, dipluros, escarabajos carábidos, pequeñas cucarachas e isópodos. Aquí en el suelo también se encuentran ocasionalmente conchas vacías de un caracol del género Plekocheilus, habitante de este lugar.

AFINIDADES CON OTRAS LOCALIDADES
En la parte alta de los cerros alrededor de Bogotá es bien conocida la dominancia de bosques donde el mismo encenillo de la finca El Cerro (Weinmannia tomentosa) es el árbol principal. Esta dominancia es interesante, pues, en su forma de nacer, el encenillo tiene una historia de vida diferente a la de muchos otros árboles dominantes en bosques maduros.

En lugar de tener semillas grandes que germinan bien con poca luz, produciendo plántulas de buen tamaño que se desarrollan durante años a la sombra del sotobosque, como pasa con lauráceas, podocarpáceas, rosáceas, mirtáceas, sabiáceas, etc., el encenillo produce multitud de semillas diminutas, que nacen entre el musgo de terrenos rocosos y en la tierra arcillosa de los barrancos. Aunque sus plántulas pueden germinar en condiciones de luz algo tenue, muy pronto (cuando apenas tienen unos pocos centímetros de altura) requieren de luz relativamente abundante para poder crecer; de lo contrario, se estancan y terminan muriendo.

La actual dominancia de encenillos en muchos bosques puede significar que desde hace siglos o milenios, sus suelos son pedregosos, ácidos y pobres, lo que impide el desarrollo de árboles de gran porte y permite que entre luz hasta el suelo, condiciones que favorecen el desarrollo de ciertos musgos y que sirven como lugares de germinación ideales para las plántulas de encenillo.

En otros lugares, esta dominancia también podría indicar que muchos bosques de encenillo actuales no existían hace varias décadas, incluso algunos siglos… En estos lugares habrían crecido matorrales degradados, quizás pastoreados, con helecho marranero, ericáceas, arbustos de la familia de las asteráceas, etc. Sitios ideales para que, una vez que la presión de pastoreo, tala y quema cesó, los encenillos que germinaban y crecían aquí, pudieran desarrollarse hasta dominar en el dosel.

También es posible que antiguos bosques maduros de laderas altas, con una mayor variedad de especies de árboles, hubieran sido sometidos a tala selectiva de los ejemplares mayores y de las mejores especies maderables, como pinos hayuelos, amarillos, arrayanes y ruaches. Esta tala podría haber dejado espacios abiertos que las plántulas del encenillo supieron aprovechar hasta convertirse en la especie principal.

Sea como sea, bosques de este encenillo Weinmannia tomentosa, muy similares al aquí descrito para la finca El Cerro, dominan ahora en las montañas de Subachoque, por encima de 2900 m de elevación.

También en otros lugares de la Sabana, a elevaciones similares, por ejemplo en Tabio, Bogotá, Chía, La Calera, Sopó, etc. Hacia regiones más húmedas, con bosques más conservados, este encenillo sigue siendo un elemento común en el dosel, pero aparece entremezclado con una mayor variedad de especies (sobre todo las señaladas en la descripción anterior, del Bosque húmedo y maduro de la quebrada alta).

Se puede ver así en los cerros de Torca en el extremo norte de los Cerros Orientales de Bogotá, hacia los bosques nublados de las laderas altas de San Francisco, en Choachí, Guasca, etc.

Publicado el septiembre 15, 2020 02:38 MAÑANA por mateohernandezschmidt mateohernandezschmidt | 0 comentarios | Deja un comentario

12 de septiembre de 2020

Los ecosistemas de la finca El Cerro - 2

Estos días estoy escribiendo la información que he ido recopilando en las últimas 3 décadas sobre los ecosistemas y especies presentes en la finca El Cerro. En la finca hay 5 ecosistemas principales:

1) Matorral-rosetal del cañón
2) Bosque húmedo y maduro de la quebrada alta
3) Bosque semihúmedo de encenillos de las laderas altas
4) Bosque joven de las laderas bajas
5) Pastizales y áreas abiertas alrededor de la casa y huerto

Voy a ir publicando, en forma sucesiva, la descripción de cada uno de estos ecosistemas. Continúo pues con la descripción del bosque más húmedo y maduro de la finca.

BOSQUE HÚMEDO Y MADURO DE LA QUEBRADA ALTA
Ésta es una de las áreas más interesantes de la finca y del municipio de Subachoque, con una flora que a veces recuerda más la de montañas húmedas de los Cerros Orientales de Bogotá o los bosques nublados que hay en las laderas altas de los vecinos municipios de Pacho, Supatá y San Francisco. A pesar de que la precipitación promedio de la finca no excede los 1000 mm (haciendo que el clima de la finca califique como semihúmedo), la humedad que se levanta de la quebrada y la protección y la sombra producidas por las paredes del cañón que se levanta sobre esta área, hacen que su vegetación se asemeje a la de áreas de las cordilleras donde llueve mucho más.

La quebrada de la finca es apenas un hilo de agua, permanente, que se reduce ampliamente durante las temporadas de sequía y que puede crecer mucho cuando llueve en abundancia. En esta área, donde la quebrada está naciendo, su curso a veces desaparece bajo las piedras y la hojarasca que pueblan en suelo del bosque. En algunos lugares, la quebrada forma pequeñas pozas y también hay algunas caídas de agua, de hasta 5 m de altura.

El bosque más desarrollado que se encuentra en este sector tiene árboles que alcanzan hasta 15-17 m de altura, con diámetros de hasta 40-80 cm. Las especies más notables incluyen encenillo (Weinmannia tomentosa), aguacatillo (Persea mutisii), susca (Ocotea calophylla), chuguacá u hojiancho (Hieronyma rufa), tuno roso (Axinaea macrophylla), pino hayuelo (Prumnopitys montana), ruache (Prunus buxifolia), gaque (Clusia elliptica), arrayan negro (Myrcianthes rhopaloides), Symplocos mucronata, mano de osos (Oreopanax bogotensis, Oreopanax incisus), canelo de páramo (Drimys granadensis), calabacillo (Meliosma arenosa), arboloco o camargo (Verbesina crassiramea), amarguero (Critoniopsis bogotana) y duraznillo (Abatia parviflora).

Lianas más o menos gruesas que trepan hasta el dosel incluyen Clematis haenkeana, Smilax kunthii, Smilax domingensis y Valeriana clematitis.

Sobre los árboles crece una cantidad relativamente abundante de epífitas vasculares, que incluyen “quiches” (Tillandsia biflora, Tillandsia complanata, Tillandsia denudata, Tillandsia pastensis, Tillandsia sp., Vriesea sp. nov.), orquídeas (Epidendrum excisum, Epidendrum sp., Pleurothallis cf. bivalvis, Stelis pittieri, Stelis spp., etc.), Peperomia hartwegiana, y helechos (Pleopeltis macrocarpa, Pleopeltis murora, Serpocaulon sessilifolium, Hymenophyllum spp.). Sobre los troncos y rocas sombreados crecen abundantes musgos, hepáticas y líquenes crustáceos, así como algunos helechos, anturios, gesneriáceas, piperáceas y urticáceas, de las mismas especies mencionadas más abajo creciendo en el suelo del bosque.

En el sotobosque son frecuentes árboles más pequeños y plantas arbustivas como tuno esmeraldo (Miconia squamulosa), tuno (Miconia biappendiculata), chucua (Viburnum tinoides), raque (Vallea stipularis), cordoncillos (Piper bogotense, Piper lacunosum, Piper artanthe), chusque (Chusquea scandens), Cybianthus iteoides, yuco (Schefflera bogotensis), granizo (Hedyosmum colombianum), Asplundianthus arcuans, etc.

En el suelo del bosque crecen el anturio (Anthurium oxybelium), piñuela (Greigia stenolepis), pico de loro (Columnea strigosa), cortaderas (Rhynchospora schiedeana, Uncinia hamata), Peperomia spp., Pilea spp., orquídeas (Cranichis ciliata, Cranichis diphylla, Epidendrum decurviflorum, Pleurothallis spp.) y numerosos helechos (Lophosoria quadripinnata, Blechnum cordatum, Dryopteris wallichiana, Pteris haenkeana, Pecluma divaricata, Elaphoglossum spp., Serpocaulon levigatum, Asplenium serra, Asplenium spp.)

A medida que uno asciende las paredes del cañón, se va presentando un área de transición entre este tipo de vegetación húmeda y la vegetación más seca del matorral-rosetal de las laderas expuestas del cañón (ver descripción anterior). Esta área de transición, que recibe más luz en los estratos bajos que el bosque del fondo del cañón, es rica en espesos colchones de musgos y hojarasca, los cuales ocultan los flexibles tallos inclinados de una gran variedad de arbolitos y arbustos.

Aquí estamos en una de las áreas más ricas en orquídeas de la finca. También hay presencia de poblaciones abundantes de interesantes helechos, anturios, gesneriáceas, etc. Es la única área de la finca donde se crecen espontáneamente musgos Sphagnum, el helecho Blechnum schomburgkii con tronco corto, el trompo (Ternstroemia meridionalis), el azuceno (Macrocarpaea glabra), la pequeña ericácea Gaultheria lanígera, la brasicácea de tallos apoyantes Polypsecadium solidagineum y orquídeas como Epidendrum attenuatum, Epidendrum decurviflorum, Lepanthes wageneri, Ornithidium aggregatum, Pleurothallis killipii y Trichosalpinx arbuscula.

RIQUEZA DE ESPECIES: Un área de 1000 m2 de vegetación de este bosque maduro se encontró albergando 105 especies de plantas vasculares, de las cuales la gran mayoría (103 especies) eran nativas propias de bosques y matorrales.

NOTAS SOBRE LA FAUNA
En este hábitat, el bosque más conservado de la finca, pueden encontrarse varios mamíferos. Aquí se desplazan, en búsqueda de frutos y pequeños animales, la chucha (Didelphis pernigra), el cusumbo (Nasuella olivacea) y el zorro (Cerdocyon thous). Es posible que aquí también se encuentren especies raras y esquivas como el tigrillo (Leopardus tigrinus) y borugo o tinajo (Cuniculus taczanowskii), lo cual tendría que confirmarse mediante el uso de cámaras-trampa.

Varias especies de ratas y ratones silvestres (por ejemplo del género Thomasomys) están presentes; algunos con una vida más bien terrestre, otros arborícolas. Es posible que aquí acudan también murciélagos insectívoros de la familia de los vespertiliónidos, que revolotean erráticamente sobre los árboles, capturando insectos voladores nocturnos. Y quizás murciélagos frugívoros, como Sturnira, a alimentarse de frutos de cucubo (Solanum cornifolium) y cordoncillo (Piper bogotense).

La pava de monte (Penelope montagnii) es un ave que ha llegado a la finca en los últimos 5 años, pues antes no se encontraba presente aquí. Parejas o grupitos de tres se observan sobre los árboles de la quebrada alta, consumiendo sus frutos. Pequeñas bandadas mixtas con tiranuelos, tangaras, pinchaflores, gorriones monteses y abanicos, recorren el lugar.

Diversas especies de colibríes (como Colibri coruscans, Coeligena bonapartei y Eriocnemis vestita) acuden a las pequeñas cascadas que hay en la quebrada para bañarse. Otras aves, como las mirlas (Turdus fuscater) también toman sus baños aquí.

Acechando a estas aves se oculta entre la vegetación el azor o gavilán (Accipiter striatus).

En el suelo y ramas más bajas se desplazan aves furtivas aves de sotobosque como los tororois (Grallaria ruficapilla, Grallaria squamigera) y tapaculo (Scytalopus griseicollis).

Hacia los claros y bordes, donde entra más sol, se puede observar una variedad de mariposas que habitan este bosque, como los satirinos Lasiophila circe, Corades chelonis, Corades medeba, Pedaliodes phoenissa y Pedaliodes cf. polusca, todos ellos asociados a las matas de chusque, en las cuales ponen sus huevos y de las cuales se alimentan sus orugas. También se pueden apreciar a la amarilla Leptophobia eleone y la blanca Leptophobia sp., que ponen sus huevos en algunas brasicáceas que crecen en el sector (Cardamine, Polypsecadium).

Revoloteando en el dosel y libando sus flores se observan a la roja y negra Altinote trinacria y a los licénidos (Theclinae) de coloración azul reluciente. Posada sobre hojas bien iluminadas a alturas medias del bosque se observa también a la hermosa mariposa Adelpha corcyra.

Cientos de especies de polillas nocturnas deben poblar el área, pero este grupo aún no ha sido estudiado en la finca.

Con esta abundancia de mariposas y orugas, las grandes moscas parasitoides de la familia de los taquínidos son abundantes. Estas moscas son, además, polinizadores claves de varios árboles, arbustos y trepadoras del bosque.

Visitando las flores del dosel del bosque se ven también al abejorro amarillo y negro (Bombus hortulanus) y a la introducida abeja doméstica (Apis mellifera).

En la sombra del sotobosque, los troncos muertos ofrecen refugio y sitio de alimentación a escarabajos de la madera (Passalidae y otras familias). Entre la hojarasca se encuentra una gran variedad de invertebrados, por ejemplo Collembola, Diplura, Carabidae, etc.

En la quebrada se encuentra en único hábitat acuático de la finca. El agua corriente, que la mayor parte del año no es muy abundante (llegando casi a desaparecer durante las temporadas más secas), es, de todos modos, limpia y oxigenada. En ella se encuentran larvas de odonatos, efímeras (Ephemeroptera), frigáneas (Trichoptera), anfípodos del género Hyalella (animalitos parecidos a pequeños camarones) y gusanos gordianos (Gordioida), todos ellos indicadores de buena calidad del agua.

AFINIDADES CON OTRAS LOCALIDADES: Otras localidades de bosques altoandinos maduros y húmedos situados entre 2800 y 3300 m de elevación que he visitado en las tres cordilleras (por ejemplo en Belén (Boyacá), las veredas La Laja y Sabaneta del municipio de San Francisco (Cundinamarca), el corregimiento de Santa Lucía en el municipio de Tuluá (Valle del Cauca) y el alto de Ventanas arriba de Jardín (Antioquia) tienen claras similitudes con la vegetación de la quebrada alta de la finca El Cerro.

En todas estas localidades el dosel está dominado por una combinación de árboles pertenecientes a las familias de las lauráceas, cunoniáceas, clusiáceas, melastomatáceas, mirtáceas, podocarpáceas, rosáceas, araliáceas, clorantáceas y winteráceas.

Lo único es que en cada región las especies de estas familias varían. Por ejemplo, en la finca El Cerro, las lauráceas están representadas por Ocotea calophylla y Persea mutisii. En Belén, por Ocotea sericea. En San Francisco, por Aiouea dubia, Ocotea calophylla, Ocotea pedicellata y Persea mutisii. En Tuluá por Ocotea heterochroma y Persea mutisii. En Jardín por Ocotea smithiana y Rhodostemonodaphne laxa.

En la finca El Cerro, así como en Belén y San Francisco, las cunoniáceas están representadas por Weinmannia tomentosa. En Tuluá por Weinmannia tolimensis. En Jardín, por Weinmannia cf. balbisiana.

En la finca El Cerro, las clusiáceas están representadas por Clusia elliptica. En Belén y San Francisco por esta misma Clusia elliptica y por Clusia multiflora. En Tuluá no registré especies de esta familia botánica. En Jardín por Clusia magnifolia y Clusia multiflora.

En la finca El Cerro, las melastomatáceas del dosel están representadas por Axinaea macrophylla. En Belén por Meriania brachycera. En San Francisco por Axinaea scutigera, Meriania aguaditensis y Tibouchina lepidota. En Tuluá por Axinaea macrophylla. En Jardín por Meriania cf. tomentosa y Tibouchina lepidota.

En la finca El Cerro las mirtáceas están representadas por Myrcianthes rhopaloides. En Belén no registré miembros de esta familia botánica. En San Francisco por Myrcianthes rhopaloides. En Tuluá por Myrcianthes rhopaloides. En Jardín no registré miembros de esta familia botánica.

En la finca El Cerro las podocarpáceas están representadas por Prumnopitys montana. En Belén no encontré miembros de esta amenazada familia de árboles. En San Francisco por Prumnopitys montana y Podocarpus oleifolius. En Tuluá por Podocarpus oleifolius. En Jardín no encontré miembros de esta amenazada familia de árboles, que han sido erradicados de muchas localidades por su excelente madera.

En la finca El Cerro las rosáceas están representadas por Prunus buxifolia. En Belén no encontré miembros de esta familia botánica. En San Francisco por Prunus buxifolia y Prunus integrifolia. En Tuluá por Prunus falcata. En Jardín por Prunus integrifolia.

En la finca El Cerro las araliáceas están representadas por Oreopanax bogotensis, Oreopanax incisus y Schefflera bogotensis. En Belén por Oreopanax sp. y Schefflera trianae. En San Francisco por Oreopanax sp. y Schefflera bogotensis. En Tuluá por Oreopanax cf. bogotensis y Oreopanax sp. En Jardín por Schefflera trianae.

En la finca El Cerro las clorantáceas están representadas por Hedyosmum colombianum. En Belén, San Francisco y Tuluá por especies no determinadas de Hedyosmum. En Jardín por Hedyosmum cf. colombianum.

En la finca El Cerro, así como en Belén, San Francisco, Tuluá y Jardín, las winteráceas están representadas por Drimys granadensis.

Una característica que hace especial a los bosques de Belén es la dominancia de roble (Quercus humboldtii) creciendo a gran elevación (hasta 3500 o más metros sobre el nivel del mar). Mientras que en los demás bosques descritos no se encuentra esta especie.

Una característica especial de los bosques de Tuluá es la presencia de palma de cera (Ceroxylon parvifrons) en ellos. En Jardín también se detectan palmas de cera (Ceroxylon quindiuense, Ceroxylon vogelianum). Mientras que en la finca El Cerro no hay palmas.

En los bosques de la finca El Cerro no se encuentran rubiáceas en el dosel del bosque. Mientras en los bosques altoandinos de San Francisco y Jardín sí se encuentran especies de quinas (Cinchona, Ladenbergia).

Otra familia botánica ausente de los bosques de la finca El Cerro (pero sí presente en bosques cercanos a elevaciones algo mayores) es la de las bruneliáceas. En Subachoque representada por la especie Brunellia propinqua. En Belén también se encuentra esta misma Brunellia propinqua. En San Francisco se encuentra Brunellia acutangula. En Tuluá Brunellia goudotii. Y en Jardín Brunellia penderiscana.

Son interesantes también las coincidencias (y diferencias) que se encuentran entre las especies de sotobosque que habitan estos cinco bosques altoandinos. Por ejemplo, en todos los bosques hay chusque (Chusquea), pero las especies de este bambú altoandino pueden ser distintas en cada lugar. En la finca El Cerro se encuentra Chusquea scandens. En Belén Chusquea sp. En San Francisco Chusquea scandens y Chusquea sp. En Tuluá Chusquea scandens. En Jardín Chusquea londoniae y Chusquea uniflora.

En los bosques semihúmedos de Subachoque se encuentra apenas 1 especie de Anthurium nativa. Mientras que en los vecinos bosques nublados de San Francisco, a elevaciones equivalentes, pueden hallarse 3 especies. Y en los húmedos bosques de Antioquia, alrededor de 8 especies.

Además del canelo de páramo (Drimys granadensis) mencionado arriba, en todos los 5 bosques mencionados pueden encontrarse las siguientes especies de plantas: helechos (Blechnum cordatum, Lophosoria quadripinnata), Munnozia senecionidis, pico de loro (Columnea strigosa), orquídea (Elleanthus maculatus). En la finca El Cerro no se encuentra la pequeña rubiácea Nertera granadensis, pero sí en otros bosques cercanos, situados a mayor elevación. Esta Nertera se encuentra asimismo presente en los bosques de Belén, San Francisco, Tuluá y Jardín.

Publicado el septiembre 12, 2020 06:46 TARDE por mateohernandezschmidt mateohernandezschmidt | 0 comentarios | Deja un comentario

11 de septiembre de 2020

Los ecosistemas de la finca El Cerro - 1

Estos días estoy escribiendo la información que he ido recopilando en las últimas 3 décadas sobre los ecosistemas y especies presentes en la finca El Cerro. En la finca hay 5 ecosistemas principales:

1) Matorral-rosetal del cañón
2) Bosque húmedo y maduro de la quebrada alta
3) Bosque semihúmedo de encenillos de las laderas altas
4) Bosque joven de las laderas bajas
5) Pastizales y áreas abiertas alrededor de la casa y huerto

Voy a ir publicando, en forma sucesiva, la descripción de cada uno de estos ecosistemas. Inciando con el del cañón de la finca.

MATORRAL-ROSETAL DEL CAÑÓN
Situado en lo alto de la montaña, donde las empinadas laderas de la finca y de la montaña vecina forman un cañón que mira sobre la quebrada. En algunos sectores, las paredes rocosas alcanzan más de 50 m de altura. Ésta es un área bien conservada, donde durante siglos la vegetación nativa ha podido desarrollarse en forma ininterrumpida. Aun así, esta vegetación apenas tiene el porte de un matorral, de entre unos pocos decímetros hasta 5 o 6 m de altura dependiendo del lugar. La razón por la que no se desarrolla más es debido a que el suelo es rocoso y superficial, sin la profundidad necesaria para acumular agua y nutrientes.

Estas condiciones de escasez impiden que muchísimas especies puedan prosperar aquí. Esto es una bendición escondida, sin embargo. Ya que el bosque alto no puede crecer aquí, la luz solar puede llegar en abundancia a los estratos más bajos. Y, favorecida por esta luminosidad, crece aquí toda una comunidad de especies de plantas que no podrían desarrollarse en ninguna otra parte de la finca, con varias especies exclusivas de este ambiente. La vegetación tiene una apariencia paramuna, con presencia de plantas con hojas arrosetadas, así como hojas apretadas, pequeñas, de textura gruesa. A veces peludas, a veces cubiertas de resinas.

Aquí dominan especies como el frailejón de roca (Espeletiopsis corymbosa), romero de monte (Diplostephium rosmarinifolius), romerito (Monticalia pulchella), pegamosco (Bejaria resinosa), uva de anís (Cavendishia bracteata), uva camarona (Macleania rupestris), uva de monte (Cavendishia nitida), encenillo (Weinmannia tomentosa), tuno esmeraldo (Miconia squamulosa), cucharo (Myrsine cf. pellucida), cucharo espadero (Myrsine coriacea), laurel de cera (Morella parvifolia), Clethra fimbriata, mulato (Ilex kunthiana), raque (Vallea stipularis), ojo de perdiz (Rhamnus goudotiana), amargoso (Ageratina asclepiadea), cardón (Puya nitida), helecho marranero (Pteridium arachnoideum), chites (Hypericum juniperinum, Hypericum mexicanum), sanalotodo (Arcytophyllum nitidum), cortadera (Cortaderia hapalotricha), paja de páramo (Calamagrostis effusa), reventaderas (Gaultheria anastomosans, Gaultheria erecta), angelito (Monochaetum myrtoideum), charne (Bucquetia glutinosa), doradilla (Chaetolepis microphylla), chupahuevos (Echeveria bicolor), orquídeas (Elleanthus sp., Epidendrum zipaquiranum) y helechos (Elaphoglossum spp.)

Sobre los troncos y ramas de arbustos y arbolitos se encuentra un número moderado de epífitas, incluyendo quiches (Tillandsia pastensis, Tillandsia denudata, Tillandsia sp., Vriesea robusta, Vriesea sp. nov.) y helechos (Pleopeltis macrocarpa, Serpocaulon sessilifolium).

RIQUEZA DE ESPECIES: Un área de 1000 m2 de vegetación del cañón se encontró albergando 47 especies de plantas vasculares, todas ellas nativas propias de bosques y matorrales.

NOTAS SOBRE LA FAUNA: El área es rica en interesantes especies de colibríes. Cuando florecen las plantas de cardón, han acudido (al menos en décadas pasadas) especies de alta montaña a libarlas, incluyendo colibrí alizafiro (Pterophanes cyanopterus) y colibrí paramuno (Aglaeactis cupripennis). Los arbustos de uvas de anís en floración son favoritos del colibrí calzoncitos (Eriocnemis vestita). Dos de las plantas favoritas de los colibríes de la finca, el pegamosco y la uva de anís, atraen durante sus temporadas de floración a muchas de estas avecitas, que toman su abundante néctar.

Luego de que los frailejones de roca florecen, llegan a ellos pequeñas bandadas de chisgas (Spinus spinescens) que consumen sus semillas tiernas.

Ejemplares solitarios o pequeñas bandadas de torcaza collareja (Patagioenas fasciata) encuentran aquí varios de sus frutos predilectos, incluyendo los del laurel de cera, ojo de perdiz y uva de anís. Clarineros (Anisognathus igniventris) y mirlas (Turdus fuscater) también consumen aquí muchos frutos.

Sobre las empinadas paredes del cañón se encuentran repisas y pequeñas cuevas, que son un lugar de anidación para el cernícalo (Falco sparverius), la lechuza (Tyto alba) y la gallinaciega (Systellura longirostris). Sobrevolando estas laderas y a veces posándose sobre las rocas y arbolitos del lugar se ve a la gran águila de páramo (Geranoaetus melanoleucus) que viene de las altas montañas vecinas a la finca.
Visitando flores de varias plantas del matorral, incluyendo asteráceas y ericáceas, se encuentra aquí al abejorro rojo de páramo (Bombus rubicundus). El abejorro amarillo y negro (Bombus hortulanus) es tan frecuente en esta área como en otras de la finca, libando flores de los arbolitos y arbustos que forman el dosel del matorral. Igual cosa se puede decir de la introducida abeja doméstica (Apis mellifera).

La mariposa espejito (Dione glycera), aunque no cría en este tipo de vegetación (donde sus plantas nutricias - del género Passiflora - son raras o se encuentran ausentes), usa su gran capacidad de vuelo para revolotear rápidamente sobre la vegetación del área en días soleados, libando ocasionalmente las flores de uva de anís. La gran libélula azul y verde (Rhionaeschna marchali) que cría en estanques en laderas más bajas y sitios planos, también usa su poderoso vuelo para acudir a los matorrales del cañón, donde revolotea yendo y viniendo en el aire, atrapando los insectos aéreos que consume.

Es posible que en algunas cimas poco accesibles del cañón se presenten aglomeraciones de mariposas, que se reúnen en estos ambientes a exhibirse y buscar pareja, en un fenómeno conocido como "hilltopping". Especies de pequeñas y brillantes mariposas de la familia Lycaenidae, subfamilia Theclinae, son conocidas por acudir a estos ambientes. Sin embargo, hasta el presente no se han localizado estos lugares de reunión, si es que existen en la finca.

Esta área es la única en la finca donde se pueden observar pequeños saltamontes de antenas cortas, no voladores, de color manchado, oscuro (algún Acrididae sin determinar).
Oculto bajo piedras y entre las grietas de las rocas del área puede hallarse al endémico alacrán (Tityus columbianus).

Es posible que el área del cañón sea frecuentada por el zorro (Cerdocyon thous) que aprovecha este tipo de vegetación para cazar pequeños animales y posiblemente encontrar algunos frutos para alimentarse.

AFINIDADES CON OTRAS LOCALIDADES: Este tipo de ecosistema de matorral se puede encontrar, con casi las mismas especies descritas aquí, en otras laderas rocosas alrededor de Bogotá; también en otras montañas alrededor del altiplano cundiboyacense con condiciones de suelo similares. En muchas localidades es claro que la vegetación aquí descrita, antes limitada a los sectores de cimas y laderas más empinadas, ha podido extenderse a zonas vecinas, antes con suelos más profundos, una vez que los bosques que los cubrían fueron quemados o talados por los seres humanos y los suelos perdieron la mayor parte de su capa orgánica. En otras fincas, sectores con este tipo de vegetación se han ido cubriendo de plantas invasoras como eucalipto (Eucalyptus globulus), pino pátula (Pinus patula), acacias (Acacia dealbata, Acacia melanoxylon), retamo liso (Genista monspessulana) y retamo espinoso (Ulex europaeus). En la finca El Cerro no se encuentra ninguna de estas especies exóticas en el sector del cañón.

Publicado el septiembre 11, 2020 06:26 TARDE por mateohernandezschmidt mateohernandezschmidt | 1 comentario | Deja un comentario

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