Los ecosistemas de la finca El Cerro - 4

Estos días estoy escribiendo la información que he ido recopilando en las últimas 3 décadas sobre los ecosistemas y especies presentes en la finca El Cerro. En la finca hay 5 ecosistemas principales:

1) Matorral-rosetal del cañón
2) Bosque húmedo y maduro de la quebrada alta
3) Bosque semihúmedo de encenillos de las laderas altas
4) Bosque joven de las laderas bajas
5) Pastizales y áreas abiertas alrededor de la casa y huerto

Voy a ir publicando, en forma sucesiva, la descripción de cada uno de estos ecosistemas. Continuando ahora con el bosque más joven de la finca, que lleva cerca de 30 años regenerándose.

BOSQUE JOVEN DE LAS LADERAS BAJAS
Este es un bosque que ya casi cumple 30 años de edad, cuya regeneración se inició en el momento en que mis papás compraron la finca. A partir de entonces, los terrenos de la mitad baja de la finca, donde este bosque se localiza ahora, dejaron de dedicarse al cultivo de papa y al pastoreo de ganado. Durante su primer año de su desarrollo, al ser sacada una cosecha de papa, de la tierra desnuda salieron una gran cantidad de plantas arvenses, de flores atractivas (como Raphanus, Brassica y muchas otras). Luego, el pasto y otras hierbas perennes nacieron e invadieron y pudieron crecer altos, sin ser cortados.

Con los años, fueron naciendo entre el pasto alto una variedad de arbustos, trepadoras y árboles espontáneos. Yo también planté algunos centenares de árboles nativos, que contribuyeron a acelerar la regeneración de la vegetación en ciertos lugares. Luego de este proceso, en la actualidad se ha desarrollado un bosque joven, denso, dominado por especies pioneras, con árboles de poca altura (5-10 m) y troncos con diámetros aún delgados (usualmente menos de 30 cm). En este bosque joven hay muchas trepadoras y también sectores donde dominan especies de crecimiento agresivo, como zarza y chusque.

Con el paso de las décadas, el pasto kikuyo, que por años dominó en los estratos bajos, ha desaparecido en su mayor parte, siendo ahora reemplazado por un sotobosque lleno de arbolitos, arbustos y otras plantas del bosque. El suelo del joven bosque aparece ahora cubierto de hojarasca, colchones de musgo, helechos, otras plantas de sombra y plántulas de las especies de los estratos superiores.

En la actualidad, las especies de árboles jóvenes que dominan este bosque incluyen camargo (Verbesina crassiramea), raque (Vallea stipularis), cucharo espadero (Myrsine coriacea), otros cucharos (Myrsine latifolia, Myrsine cf. pellucida), chucua (Viburnum tinoides), mano de oso (Oreopanax incisus), duraznillo (Abatia parviflora), ojo de perdiz (Rhamnus sphaerosperma), cedrillo (Phyllanthus salviifolius), amarguero amarillo (Critoniopsis bogotana), salvio blanco (Lippia hirsuta) y cordoncillo (Piper bogotense).

También se encuentran esparcidos por el área algunos ejemplares de árboles y arbustos grandes de muchas décadas de edad, sobrevivientes del bosque en el momento en que la finca se encontraba cultivada. Ahora estos ejemplares y muchos hijos suyos son parte del nuevo bosque. Entre estas especies se cuentan, además del raque, chucua y cucharos mencionadas arriba, el tuno esmeraldo (Miconia squamulosa), tíbar (Escallonia discolor), aliso (Alnus acuminata) y algunas otras.

En el lugar también se observa regeneración espontánea de árboles de bosque más maduro, como el cedro (Cedrela montana), aguacatillo (Persea mutisii) y arrayán negro (Myrcianthes rhopaloides), todos los cuales incluyen varios ejemplares que ya alcanzan entre 3 a 8 m de altura. Otras especies que he observado regenerándose recientemente, en forma espontánea, incluyen el chuguacá u hojiancho (Hieronyma rufa), granizo (Hedyosmum colombianum), gaque (Clusia elliptica) y huesito (Geissanthus bogotensis).

En algunos sectores de este bosque joven he venido plantando más árboles de bosque maduro, propagados por semillas y plántulas procedentes de la misma finca, con especies como encenillo (Weinmannia tomentosa), susca (Ocotea calophylla), ruache (Prunus buxifolia), tuno roso (Axinaea macrophylla), pino hayuelo (Prumnopitys montana), calabacillo (Meliosma arenosa) y Symplocos mucronata, todos ellos con ejemplares que ya alcanzan alturas de entre 2 a 5 m.

También he plantado algunos pocos ejemplares de árboles nativos de otras regiones de Colombia, pero no de Subachoque. Entre ellos roble (Quercus humboldtii) y alcaparro (Senna viarum).

Especies de arbustos espontáneos que ahora dominan en este bosque incluyen el chusque (Chusquea scandens), tunos (Miconia biappendiculata, Miconia cataractae), cordoncillo pequeño (Piper artanthe), amargoso (Ageratina asclepiadea), etc.

Epífitas que se establecen cada vez con mayor frecuencia en este joven bosque incluyen los quiches (Tillandsia biflora, Tillandsia denudata, Tillandsia incarnata, Tillandsia pastensis, Tillandsia sp., Vriesea sp. nov.), orquídea (Epidendrum excisum) y helechos (Pleopeltis macrocarpa, Pleopeltis murora). Sobre algunos árboles he venido cultivando varias especies de orquídeas procedentes de la región, varias de las cuales han terminado produciendo semillas y propagándose espontáneamente en troncos y ramas vecinos. Entre estas especies que se están estableciendo así se cuentan Epidendrum sp., Lepanthes monoptera y Pleurothallis talpinaria.

Entre las trepadoras se cuentan el bejuco colorado o coronillo (Muehlenbeckia tamnifolia), curubos (Passiflora mixta, Passiflora mollissima, Passiflora tarminiana – estas dos últimas, naturalizadas, procedentes de semillas de plantas antes cultivadas en la zona), valeriana (Valeriana clematitis), clavellino (Mutisia clematis), belladona (Salpichroa tristis), pecosa (Bomarea multiflora), Smilax tomentosa, Smilax domingensis, bejuco blanco (Oligactis sessiliflora), Munnozia senecionidis y mano de león (Jungia ferruginea). También un par de especies que han sido propagadas por mí, los zarcillejos o fucsias trepadoras (Fuchsia petiolaris, Fuchsia venusta – la primera de esquejes procedentes de bosques cercanos, la segunda traída de bosques de niebla del escarpe occidental de la Sabana de Bogotá).

Otras plantas arbustivas, de tallos largos y apoyantes, comunes en el lugar, son la mora silvestre (Rubus robustus), Alloispermum pachensis, Bidens rubifolia y Phenax rugosus.

Especies herbáceas frecuentes en este bosque joven son el helecho marranero (Pteridium arachnoideum), otros helechos (Asplenium spp., Campyloneurum sp., Dryopteris wallichiana, Niphidium sp., Serpocaulon funckii, Serpocaulon levigatum, Serpocaulon sessilifolium, Thelypteris spp.), Peperomia spp., Uncinia hamata, chulco (Oxalis fendleri) y coralito (Galium hypocarpium), este último con tallos algo trepadores.

En los últimos 10 años han estado naciendo cada vez más especies de orquídeas terrestres espontáneas, incluyendo especies que no estaban presentes hace algunas décadas en la finca. Entre estas orquídeas se cuentan Cranichis cf. ciliata, Cranichis diphylla, Cyclopogon elatus, Govenia sp., Ponthieva ochreata, Prescottia stachyodes y Stenorrhynchos albidomaculatum. También he observado regeneración espontánea de la orquídea aguadija (Cyrtochilum revolutum) y Telipogon nervosus.

Además, también se ha venido propagando espontáneamente, a partir de algunos ejemplares introducidos por mi hace cerca de 25 años, la orquídea Pleurothallis phalangifera.

RIQUEZA DE ESPECIES
Tres áreas de 1000 m2 de vegetación de este bosque joven se encontraron albergando 66, 76 y 90 especies de plantas vasculares respectivamente; de ellas, respectivamente 64, 43 y 89 nativas, espontáneas, propias de bosques y matorrales. El número más bajo de especies nativas de bosque espontáneas (43) se encontró creciendo en una zona más alejada de los bosques más extensos y antiguos de la finca. El número más alto (89) se encontró en la parcela más cercana a estos bosques, que, presumiblemente, recibe más lluvia de semillas.

NOTAS SOBRE LA FAUNA
A medida que este sector, antes abierto, se ha ido cubriendo de bosque, ha sido evidente el repoblamiento con fauna asociada al bosque. Por ejemplo, hace unos años, apareció por vez primera la ardilla (Sciurus granatensis), que antes no estaba presente en la finca. De la misma manera, ahora se ve a la pava de monte (Penelope montagnii), especie que hace más de 5 años tampoco se encontraba en el lugar.

Especies de mamíferos como el cusumbo (Nasuella olivacea), el zorro (Cerdocyon thous), la comadreja (Mustela frenata) y la chucha (Didelphis pernigra) usan esta área como hábitat desde hace años, incluso cuando estaba más abierto, con pastizal-matorral en regeneración. Otras especies propias del lugar son la musaraña (Cryptotis thomasi) y ratones silvestres (como Thomasomys cf. niveipes y otras especies nativas). Pequeños murciélagos (Vespertilionidae) revolotean sobre el dosel, en claros y a lo largo de caminos, capturando insectos voladores. En este bosque joven quizás se encuentren otros murciélagos, como los frugívoros Sturnira.

Aves que hace 20 años se mantenían más arriba en la montaña, en los restos de vegetación boscosa más conservada que existían en aquel entonces, han ido ampliando su área de habitación en la finca a medida que este bosque joven ha ido desarrollándose. Así, ahora es posible observar en este bosque a especies de suelo y sotobosque denso como comprapán (Grallaria ruficapilla), tororoi (Grallaria squamigera), tapaculo (Scytalopus griseicollis), chamicero (Synallaxis subpudica), cucarachero rufo (Cinnycerthia unirufa), gorriones monteses (Arremon assimilis, Atlapetes pallidinucha), arañero (Myiothlypis nigrocrostata), gorro de felpa (Catamblyrhynchus diadema) y arrendajo negro (Amblycercus holosericeus).

Aves que se desplazan en pequeñas bandadas mixtas incluyen al tiranuelo (Mecocerculus leucophrys), abanico (Myioborus ornatus) y hemispingo (Thlypopsis superciliaris). Comiendo frutos y dispersando sus semillas se observan aves como la torcaza (Patagioenas fasciata), cotinga (Ampelion rubrocristatus), mirla (Turdus fuscater) y clarinero (Anisognathus igniventris).

Tomando el néctar de numerosas flores que abundan en este tipo de bosque, se encuentran colibríes como Colibri coruscans, Coeligena bonapartei, Ensifera ensifera, Lesbia victoriae, Metallura tyrianthina, Lafresnaya lafresnayi, Chaetocercus mulsant y otras especies. También pinchaflores (Diglossa humeralis y Diglossa cyanea).

Aves rapaces que acechan a sus presas aquí son, durante el día, el gavilán Accipiter striatus. Durante la noche, algunos búhos (Ciccaba albitarsis, Megascops choliba).

Ocultas bajo el suelo, enterradas, se encuentran aquí las serpientes tierreras (Atractus crassicaudatus).

En los bordes bien iluminados del bosque se pueden encontrar lagartijas como Anolis heterodermus y Stenocercus trachycephalus. La rana sabanera (Dendropsophus molitor) también es un habitante frecuente de este bosque joven.

Entre los insectos del bosque destacan las mariposas asociadas al chusque, frecuentes en los bordes del bosque y claros soleados donde abunda este bambú andino, la planta nutricia de sus orugas. Entre las especies presentes se cuentan los satirinos Corades chelonis, Corades medeba, Eretris apuleja, Lasiophila circe, Lymanopoda samius, Lymanopoda sp., Pedaliodes phaea, Pedaliodes phoenissa, Pedaliodes cf. polusca, Steremnia selva y Steroma bega. El pequeño hespérido Parphorus paramus también suele encontrarse aquí, asociado a las matas de chusque.

La mariposa amarilla Leptophobia eleone vuela en los bordes de bosque y claros, buscando brasicáceas (Cardamine, Polypsecadium) en las cuales pone sus huevos.

Otras mariposas pasan la mayor parte del tiempo en la parte alta y soleada de los árboles y arbustos. Por ejemplo Dione glycera, Altinote trinacria, Actinote eresia, Adelpha corcyra, Catasticta spp. y Leodonta zenobia, que toman néctar en el dosel y bordes de bosque. También la pequeña y brillante Orophila cardases, que se posa alto sobre los árboles y vigila allí su territorio, lanzándose en rápido vuelo sobre otras mariposas que se acercan.

En el dosel del bosque los polinizadores más importantes de árboles y trepadoras son la introducida abeja doméstica (Apis mellifera) y el abejorro amarillo (Bombus hortulanus). Este último también frecuenta claros y bordes de bosque, donde, desde tempranas horas de la mañana, extrae polen de las flores de hierbamora (Solanum grupo americanum), así como de otras especies. Otros abejorros que frecuentan los bordes de bosque son el abejorro negro (Bombus pauloensis), especie más propia de potreros. Y, ocasionalmente, Bombus rubicundus, que baja de los páramos y bosques de mayor elevación, ya que en la región normalmente vive por encima de 3000 metros sobre el nivel del mar.

Otra abeja nativa que frecuenta los claros y bordes de bosque, polinizando flores de salvias, hierbamora y otras especies, es Thygater aethiops.

Un grupo importante de visitantes de las flores del dosel es el de las moscas de la familia Tachinidae. Estas moscas (de las cuales por lo menos 7 especies grandes habitan en la finca) pasan mucho tiempo posadas sobre el follaje de claros soleados y bordes del bosque. Al ser parasitoides de orugas de lepidópteros y de otros insectos, deben ser controladoras muy importantes de estos pequeños herbívoros del bosque.

Cientos de especies de polillas nocturnas pueblan el bosque; es un grupo muy poco estudiado en el lugar, que incluye gruesos satúrnidos (p. ej. Erythromeris), erébidos (p. ej. Hypercompe, Amastus), geométridos, noctúidos, pterofóridos, etc.

Al anochecer y al amanecer se escuchan los zumbidos “bzzzc”, repetidos de tanto en tanto, de una especie de chicharra que produce estos sonidos en vuelo. Un sonido muy característico del bosque en la noche es el continuo canto de pequeños grillos (Gryllidae).

Zancudos picadores de la familia Culicidae son comunes. También lo son las inofensivas típulas (Tipulidae) de patas largas.

Durante la noche, se observan las luces de una especie de luciérnaga (Lampyridae), volando a baja altura en los bordes del bosque.

En el bosque abundan diversos coleópteros, por ejemplo escarabajos longicornios (Cerambycidae), Passalidae, Curculionidae, etc. Corriendo entre la hojarasca durante la noche se observan pequeños Carabidae.

La hojarasca y el musgo son muy ricos en pequeños animales como colémbolos, dipluros, ciempiés, milpiés, arañitas, etc.

Bajo el suelo se encuentran larvas de escarabajos de la familia Scarabaeidae (“chisas”), así como lombrices de tierra, sanguijuelas y planarias terrestres (Geoplanidae).

A lo largo de los años el terreno que hoy en día es este bosque, así como ha ido incrementando las poblaciones de numerosas especies asociadas al bosque, también ha ido perdiendo otras, más propias de las antiguas áreas abiertas que ya han desaparecido. Así, por ejemplo, ya no se encuentran en la mayor parte de la finca saltamontes (Bogotacris varicolor), mariquitas (Eriopis punicola), mariposas de potrero (Colias dimera, Hemiargus hanno), avispas cazadoras de arañas (Pompilidae) y arañas lobas (Lycosoidea), que hace 20 a 30 años eran comunes por los potreros en regeneración.

Hace más de 25 años vivía en esta área de la finca una pequeña población de ranitas (Hyloxalus subpunctatus) alrededor de una poza con agua bajo un grupo de árboles de aliso. La poza se secó y las ranitas desaparecieron por completo del terreno. Dentro de otra poza (que también terminó secándose) vi también hace unos 25 años, un ejemplar de la culebra sabanera (Erythrolamprus epinephelus). Sólo vi esta especie en esta única oportunidad y desde entonces no la he vuelto a registrar en la finca.

Varias aves de campos de cultivo, potreros y bordes de bosque, que vivieron en la finca hace 20 a 30 años, ya no existen aquí, pues el hábitat se ha vuelto densamente boscoso y ya no resulta adecuado para ellas. Entre estas especies están la perdiz (Colinus cristatus), semilleros (Catamenia analis, Catamenia homochroa), canario sabanero (Sicalis luteola), espiguero (Sporophila luctuosa) y chirlobirlo (Sturnella magna). Todas estas especies de aves siguen existiendo en los campos y potreros de las fincas vecinas.

AFINIDADES CON OTRAS LOCALIDADES
En la finca, buena parte de las áreas cubiertas por este bosque joven se caracterizan por tener suelos profundos y relativamente fértiles, a diferencia de lo que ocurre con los bosques de la quebrada alta y de encenillos descritos antes, los cuales se desarrollan sobre suelos superficiales. La fertilidad del suelo y lo exuberante de la vegetación hace que este bosque joven sea muy productivo, que en él se encuentren grandes poblaciones de insectos y, a su vez, de aves y otros pequeños animales que los consumen.

Este tipo de bosques altoandino en regeneración, dominado por especies pioneras, que crecen en suelos relativamente fértiles y húmedos, es similar al que se desarrolla en otras partes con condiciones similares de las laderas medias y bajas de los cerros alrededor de Bogotá. También puede ser similar al bosque que alguna vez se desarrolló en las partes planas de la Sabana de Bogotá. Especies como el tíbar y el aliso son muy distintivas de este bosque en la finca. Y este mismo tíbar y aliso (ambas especies que aguantan bien las inundaciones) pudieron dominar en los antiguos bosques inundables, ya prácticamente desaparecidos, de la planicie de la Sabana.

Especies de este bosque que también se sabe que se desarrollaron alguna vez en los bosques inundables de la Sabana incluyen el laurel de cera (Morella parvifolia), garrocho (Viburnum tinoides), camargo (Verbesina crassiramea), chilco (Baccharis latifolia), mora silvestre (Rubus robustus), bejuco coronillo (Muehlenbeckia tamnifolia) y cansabrazos o botoncillo (Galianthe bogotensis).

Al observar la regeneración de especies más longevas, de bosque maduro, que está teniendo lugar en este bosque luego de casi 30 años de sucesión vegetal, es desde ya evidente que en unas décadas va a terminar siendo dominado por cedro (Cedrela montana), arrayán negro (Myrcianthes rhopaloides) y mano de oso (Oreopanax incisus); y posiblemente aguacatillo (Persea mutisii), ruache (Prunus buxifolia) y otros árboles de lento crecimiento mencionados arriba.

Este conjunto de especies (especialmente la combinación de cedro, mano de oso y ruache), es similar al que se observa en bosques bien conservados, moderadamente húmedos, con suelos fértiles y bien drenados, en las laderas bajas y medias de los cerros que rodean el altiplano cundiboyacense, en municipios como Santa Rosa de Viterbo, Tenjo, Chía y Bogotá (cerros Orientales).

Publicado el septiembre 30, 2020 05:48 TARDE por mateohernandezschmidt mateohernandezschmidt

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