Teusaquillo y el Gran Chicó: una compración de su biodiversidad - El caso de la avifauna

En estos días he estado haciendo una comparación entre la biodiversidad registrada en Teusaquillo (en este proyecto) y en el Gran Chicó (https://colombia.inaturalist.org/projects/biodiversidad-urbana-del-gran-chico)

De esta comparación emergen varias conclusiones interesantes. El Gran Chicó, como está definido en el proyecto mencionado, abarca un área mucho menor que la de Teusaquillo, y su territorio colinda con las extensas áreas semisilvestres de los Cerros Orientales. Por el contrario, Teusaquillo se encuentra más alejado de la influencia de estos cerros y su territorio incluye grandes islas verdes como son el campus de la Universidad Nacional, el lote sin construir entre la calle 26 y la calle 53, al occidente de la carrera 60 y el parque Simón Bolívar. Estos espacios verdes tan grandes, así como el extenso hábitat acuático ofrecido por el lago del parque Simón Bolívar, son ambientes que no se encuentran presentes en esa escala en el Gran Chicó.

De estas características deriva la composición especial de la biodiversidad de cada uno de los dos lugares.

En este artículo vamos a mencionar algunos datos sobre la avifauna de ambos lugares.

El listado de especies de que dispongo hasta el momento para el Gran Chicó (registros del proyecto de iNaturalist mencionado arriba, más listado de la página del Grupo Ecomunitario: https://0cc7e548-368b-4a91-af7e-5d07ddcba62d.filesusr.com/ugd/48aa0e_0ff7d6007e3c4162b405ba573d6b180c.pdf) incluye 107 especies. Sin duda con más exploraciones se irán descubriendo más especies, a cuentagotas.

De este listado del Gran Chicó, sólo alrededor de 50 especies pueden considerarse realmente dependientes del área y de sus recursos: es decir, especies que aniden aquí o que sean migratorias que acudan la mayoría de los años, así sea en cantidades modestas. El resto son aves de paso, especies cuyo hábitat principal no son parques y jardines urbanos, sino otro tipo de ecosistemas (bosques nativos, humedales), o sencillamente registros muy esporádicos de especies que vienen de lejos o que se han escapado de jaulas. Sólo unas 25 de estas especies realmente dependientes del área y de sus recursos, son residentes que crían en el lugar. De estas especies residentes más regulares, 1 es una especie introducida (Columba livia) y otras 4 son especies procedentes de zonas más bajas que la Sabana, cuyas poblaciones han estado aumentando cada vez más en los últimos años en la región.

Para Teusaquillo, he logrado recopilar hasta ahora registros para 81 especies. Pero falta recopilar muchos más registros (sobre todo de aves migratorias) y sin duda la avifauna “completa” de la localidad se acerca a una cifra de alrededor de 110 especies. De las especies registradas para Teusaquillo, sólo unas 50-55 pueden considerarse realmente dependientes del área y de sus recursos: es decir, especies que aniden aquí o que sean migratorias que acudan la mayoría de los años, así sea en cantidades modestas. Sólo unas 30 de estas especies realmente dependientes del área y de sus recursos, son residentes que crían en el lugar. De estas especies residentes más regulares, 1 es una especie introducida (Columba livia) y otras 7 son especies procedentes de zonas más bajas que la Sabana, cuyas poblaciones han estado aumentando cada vez más en los últimos años en la región.

Como se puede ver, ambas avifaunas son de un tamaño similar (recordando que la del Gran Chicó está “comprimida” en un área mucho menor).

El número de aves registradas para las dos localidades sumadas incluye 129 especies, que forman una muestra muy representativa de la avifauna del Distrito Capital y de la región de la Sabana de Bogotá en general.

La diferencia esencial entre las especies de ambos lugares es que la avifauna del Gran Chicó muestra una significativa influencia de los cerros Orientales, con un grupo de 9 especies de aves que bajan a visitar la ciudad (pero que no se quedan largo tiempo ni se reproducen aquí): éstas son la pava de monte (Penelope montagnii), azor (Accipiter striatus), varios colibríes (Lesbia victoriae, Metallura tyrianthina, Eriocnemis vestita, Coeligena helianthea), pibí (Contopus fumigatus), clarinero (Anisognathus igniventris) y pinchaflor (Diglossa albilatera).

En Teusaquillo se encuentra asimismo, un conjunto de 11 especies de aves de humedales (sobre todo del lago del parque Simón Bolívar). Son especies poco probables de registrar en el Gran Chicó y si se lo hace, ciertamente sólo estarán de paso en esa zona con tan poca representatividad de ambientes acuáticos. Son estas especies: zambullidor (Podilymbus podiceps), cormorán (Phalacrocorax brasilianus), guaco (Nycticorax nycticorax), águila pescadora (Pandion haliaetus), polluela (Mustelirallus erythrops), tingua (Fulica americana), colimbo selvático (Heliornis fulica), andarríos (Actitis macularius, Tringa solitaria), gaviotín (Phaethusa simplex) y gaviota (Leucophaeus atricilla).

En Teusaquillo también es digna de mención una leve mejor representatividad de aves que requieren amplios espacios abiertos, de potreros. Con especies como las siguientes: alcaraván (Vanellus chilensis - presente en el Gran Chicó, pero que no anida allí) y chirlobirlo (Sturnella magna). Se explica por los grandes espacios verdes presentes en la localidad, como se mencionó arriba, espacios que, en estas dimensiones, se encuentran ausentes en el Gran Chicó.

Publicado el octubre 31, 2019 05:01 TARDE por mateohernandezschmidt mateohernandezschmidt

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