Orquídea

Pleurothallis talpinaria

Historia natural 2

INTRODUCCIÓN
Esta orquídea epífita destaca por sus hojas bien gruesas, las cuales tienen una coloración algo grisácea. Las flores, que nacen solitarias entre las hojas, son interesantes por su forma extraña y por su coloración crema y morada. Hace unas décadas, en la finca El Cerro no crecía esta especie. Sin embargo, hace unos 25 años introduje algunas plantas y las amarré a la corteza de unos árboles. Desde entonces, han prosperado, produciendo flores y frutos con regularidad. Las semillas han germinado con éxito cerca de las plantas madre, creciendo las plántulas hasta convertirse en adultas y empezando el ciclo una vez más.

DISTRIBUCIÓN
Andes de Venezuela a Bolivia. En Colombia presente en las cordilleras Oriental y Central, entre 2000 y 3000 m de elevación.

CONSTITUCIÓN, COMPORTAMIENTO Y MOVIMIENTOS
Las raíces, como las de muchas orquídeas epífitas, están cubiertas por una especie de “piel” blanca (velamen), la cual tiene la capacidad de absorber agua en forma muy rápida cada vez que llueve. De esta manera, la planta puede tomar el agua que moja los troncos y ramas sobre los que crece antes de que se escurra y evapore.

Las hojas son gruesas, almacenando agua y nutrientes dentro de sus tejidos. Estas son reservas importantes, ya que en las cortezas sobre las que la planta se desarrolla no hay mucha materia orgánica disponible, los nutrientes son escasos y el agua desaparece poco después de las lluvias.

Hojas sin sabor muy evidente.

Como sucede en muchas orquídeas, la polinización es difícil y muchas flores se marchitan sin convertirse en frutos. Sin embargo, esto es compensado por la inmensa cantidad de semillas que contiene cada fruto que sí logra formarse. Cuando maduran, estos frutos se rajan por los lados, liberando miles de semillas como polvo, las cuales son llevadas por las corrientes de aire.

Al igual que en el resto de orquídeas, las semillas no traen reservas de nutrientes almacenadas en ellas. Las semillas, cuando aterrizan en un sitio adecuado, no tienen la capacidad de germinar por sí solas. Cada semilla que vaya a germinar requiere que en el lugar haya un hongo especial que la “adopte”, se conecte con el embrión y le dé de comer. Cuando esto ocurre, se empieza a formar una pelotica verde, fotosintética, conocida como “protocormo”. Con los meses, el protocormo forma la primera hoja, las primeras raíces; y de ahí sigue desarrollándose la orquídea hasta ser adulta. A lo largo de toda su vida, la orquídea puede alojar dentro de sus tejidos al hongo que la ayudó a nacer.

FENOLOGÍA
Se pueden encontrar ejemplares con flores y frutos maduros a lo largo de todo el año.

CRECIMIENTO Y LONGEVIDAD ESTIMADA
La planta crece lentamente. Desde su germinación hasta que es adulta y produce la primera flor, pueden pasar, en condiciones naturales (sin iluminación artificial ni abonos), un estimado de 10-15 años. Como sucede con muchas orquídeas epífitas y rupícolas, la planta es muy longeva; puede vivir un estimado de 50-100 años e incluso más. Es más probable que la planta muera porque la rama o el árbol sobre el que crece se desploman o porque cambian las condiciones de luz y humedad de su hábitat, a que lo haga por muerte natural.

ORGANISMOS ASOCIADOS
En la literatura se ha registrado que especies de este género alojan en sus raíces hongos micorrícicos de los órdenes Cantharellales, Sebacinales y Tulasnellales, así como otros hongos endófitos (Agaricales, Hypocreales, Trichosphaeriales, Xylariales) (Durán et al. 2019, Maldonado et al. 2020, Suárez et al. 2009).

En la literatura se registra al oso andino (Tremarctos ornatus) comiendo plantas de este género (Figueroa 2013).

Flores visitadas por moscas. En la literatura se registran por ejemplo especies de las familias Anthomyiidae, Mycetophilidae y Sciaridae polinizando flores de Pleurothallis (Calderón et al. 2011, Dodson 1962, Duque et al. 2014).

PROPAGACIÓN
La propagación in vitro por semillas es la más adecuada para la multiplicación masiva de la mayoría de orquídeas. De todas formas, no es sencilla, ya que requiere condiciones especiales de medios de siembra, esterilidad y aporte de nutrientes o de hongos micorrícicos que hacen que la siembra de estas plantas suela quedar por fuera de las actividades de los no especialistas. Para el que quiera experimentar, vale la pena leer un poco al respecto ¡y atreverse!

Para restauraciones a pequeña escala, se pueden rescatar plantas de ramas y troncos que hayan caído al suelo luego de los aguaceros. O se pueden dividir con cuidado plantas con muchos tallos, tratando de dejar la planta original en el lugar donde crece, quitándole sólo una porción y tratando de causarle el menor daño posible.

Las plantas rescatadas o divididas se amarran a un tronco o rama que tenga condiciones lo más parecidas de luz, humedad y sustrato al sitio donde se las recogió. Se recomienda plantarlas sobre todo en un matorral o bosque nativo de varias décadas de edad; donde el ambiente esté relativamente estable y no haya un crecimiento vigoroso de plantas pioneras, trepadoras, etc., que puedan cambiar las condiciones de luz y ahogar a las orquídeas. Los matorrales y bosques ideales para plantar orquídeas como ésta suelen estar situados en laderas con suelos ácidos, pedregosos y relativamente pobres en nutrientes, donde la vegetación leñosa es vieja y, al mismo tiempo, por las condiciones del suelo, no crece excesivamente alta ni produce demasiada sombra.

Los ejemplares se plantan sobre ramas o troncos cubiertos de musgos y líquenes, especialmente donde ya crezcan otras orquídeas y helechos epífitos. Para plantarlos, se los puede amarrar firmemente con cuerda de cabuya, la cual es una fibra natural que al cabo de un año se descompone y no termina apretando ni perjudicando a la rama o tronco del árbol. En el curso de los meses que dura la cuerda, la planta tiene suficiente tiempo para producir raíces y agarrarse por sí sola. Es clave que, al plantar la orquídea, ésta quede amarrada en forma bien firme sobre la rama; que no quede floja, ya que de esto depende que la planta pueda prender y prosperar.

Esta especie, como la mayoría de orquídeas epífitas, prospera mejor con luz abundante, filtrada por algo de follaje del bosque, en un sitio donde incluso le pueda entrar un poco de sol directo por un par de horas en el día. Hay que buscar ese punto intermedio y evitar los excesos de sombra y de sol.

Para restauración ecológica, se recomienda plantar al menos tres ejemplares cerca unos de otros, para favorecer que, cuando se desarrollen, pueda haber polinización cruzada, producción de semillas y el establecimiento de una nueva población.

EJEMPLOS DE FLORA ACOMPAÑANTE
Helechos (Pleopeltis macrocarpa, Pleopeltis murora), orquídeas (Acianthera polystachya, Lepanthes monoptera, Stelis oblonga).

LITERATURA CITADA
Calderón-Sáenz, E. 2011. Pleurothallis colossus. Pollination by anthomyiid flies at El Refugio nature reservation. Orchids 80: 740-743.

Dodson, C.H. 1962. The importance of pollination in the evolution of the orchids of tropical America. American Orchid Society Bulletin 31: 525-534, 641-649, 731-735.

Duque-Buitrago, C.A., Alzate-Quintero, N.F. & Otero, J.T. 2014. Nocturnal pollination by fungus gnats of the Colombian endemic species Pleurothallis marthae (Orchidaceae: Pleurothallidinae). Lankesteriana 13: 407-417.

Durán-López, M.E., Caroca-Cáceres, R., Jahreis, K., Narváez-Vera, M., Ansaloni, R. & Cazar, M.E. 2019. The micorrhizal fungi Ceratobasidium sp. and Sebacina vermifera promote seed germination and seedling development of the terrestrial orchid Epidendrum secundum Jacq. South African Journal of Botany 125: 54-61.

Figueroa, J. 2013. Revisión de la dieta del oso andino Tremarctos ornatus (Carnivora: Ursidae) en América del sur y nuevos registros para Perú. Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales 15(1): 1-27.

Maldonado, G.P., Yarzábal, L.A., Cevallos-Cevallos, J.M., Chica, E.J. & Peña, D.F. 2020. Root endophytic fungi promote in vitro seed germination in Pleurothallis coriacardia (Orchidaceae). Lankesteriana 20 (1): 107-122.

Suárez, J.P., Weiss, M., Oberwinkler, F. & Kottke, I. 2009. Epiphytic orchids in a mountain rain forest in southern Ecuador harbor groups of mycorrhiza-forming Tulasnellales and Sebacinales subgroup B (Basidiomycota). Pp. 184-196. En: Pridgeon, A.M. & Suárez, J.P. (eds.) Proceedings of the Second Conference on Andean Orchids. Universidad Técnica Particular de Loja, Loja, Ecuador.

Fuentes y Créditos

  1. (c) Mateo Hernandez Schmidt, todos los derechos reservados, subido por Mateo Hernandez Schmidt
  2. (c) Mateo Hernandez Schmidt, algunos derechos reservados (CC BY-SA)

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