Orquídea

Myoxanthus melittanthus

Historia natural 3

INTRODUCCIÓN
Una orquídea escasa, que crece como epífita sobre troncos de árboles. En la finca El Cerro se han detectado menos de 10 plantas de esta especie. Sus flores son muy extrañas, con pétalos que recuerdan por su forma a las antenas de un insecto.

DISTRIBUCIÓN
Andes de Venezuela y Colombia. En Colombia presente en las cordilleras Oriental y Central, entre 2900 y 3200 m de elevación.

CONSTITUCIÓN, COMPORTAMIENTO Y MOVIMIENTOS
Las raíces, como las de muchas orquídeas epífitas, están cubiertas por una especie de “piel” blanca (velamen), la cual tiene la capacidad de absorber agua en forma muy rápida cada vez que llueve. De esta manera, la planta puede tomar el agua que moja los troncos y ramas sobre los que crece antes de que se escurra y evapore.

Los tallos están envueltos en vainas recubiertas de pelos cortos, que les dan un aspecto muy distintivo.

Las hojas, de forma alargada, son gruesas, almacenando agua y nutrientes dentro de sus tejidos. Estas son reservas importantes, ya que en las cortezas sobre las que la planta se desarrolla no hay mucha materia orgánica disponible, los nutrientes son escasos y el agua desaparece poco después de las lluvias.

En orquídeas de este género, se ha detectado que las plantas tienen la capacidad de cerrar sus poros (estomas) y “contener la respiración” durante el día, para así evitar pérdidas de agua por evapotranspiración. Durante el día, como no pueden tomar carbono de la atmósfera, hacen la fotosíntesis con carbono almacenado en sus tejidos en forma de ácido málico. En la noche, abren sus poros, respiran y toman nuevo carbono, el cual guardan para el día siguiente. Este metabolismo, compartido con especies adaptadas a ambientes extremos como los cactus y crasuláceas, es conocido como CAM (por sus siglas en inglés, metabolismo ácido de las crasuláceas) (Silvera et al. 2009).

En ocasiones, sobre las hojas de ejemplares adultos se desarrollan propágulos (clones), los cuales son como pequeñas plantas, las cuales van creciendo en el centro de una hoja madura; con el tiempo, estos clones van produciendo cada vez más raíces. En el evento que uno de ellos llegue a enraizar en un sustrato adecuado, se puede separar y producir una planta independiente.

Como sucede con muchas orquídeas, la polinización de esta especie es un evento poco frecuente. La mayoría de las flores se marchitan y no desarrollan frutos. Los pocos frutos que se desarrollan, sin embargo, alojan inmensas cantidades de diminutas semillas en su interior.

Cuando maduran, estos frutos se rajan por los lados, liberando miles de semillas como polvo, las cuales son llevadas por las corrientes de aire.

Al igual que en el resto de orquídeas, las semillas no traen reservas de nutrientes almacenadas en ellas. Las semillas, cuando aterrizan en un sitio adecuado, no tienen la capacidad de germinar por sí solas. Cada semilla que vaya a germinar requiere que en el lugar haya un hongo especial que la “adopte”, se conecte con el embrión y le dé de comer. Cuando esto ocurre, se empieza a formar una pelotica verde, fotosintética, conocida como “protocormo”. Con los meses, el protocormo forma la primera hoja, las primeras raíces; y de ahí sigue desarrollándose la orquídea hasta ser adulta. A lo largo de toda su vida, la orquídea puede alojar dentro de sus tejidos al hongo que la ayudó a nacer.

CRECIMIENTO Y LONGEVIDAD ESTIMADA
La planta crece lentamente. Desde su germinación hasta que es adulta y produce la primera flor, pueden pasar, en condiciones naturales (sin iluminación artificial ni abonos), un estimado de 15 años. Como sucede con muchas orquídeas epífitas y rupícolas, la planta es muy longeva; puede vivir un estimado de 50-100 años e incluso más. Es más probable que la planta muera porque la rama o el árbol sobre el que crece se desploman o porque cambian las condiciones de luz y humedad de su hábitat, a que lo haga por muerte natural.

ORGANISMOS ASOCIADOS
Las raíces de esta planta muy posiblemente alojan hongos microrrícicos, los cuales son esenciales para la germinación y el crecimiento saludable de las orquídeas.

Hojas longevas. Sobre las más viejas llegan a desarrollarse pequeños líquenes crustáceos, líquenes foliosos (Parmeliaceae) y algas rojizas (Trentepohliaceae).

Las flores posiblemente son polinizadas por moscas.

PROPAGACIÓN
La propagación in vitro por semillas es la más adecuada para la multiplicación masiva de la mayoría de orquídeas. De todas formas, no es sencilla, ya que requiere condiciones especiales de medios de siembra, esterilidad y aporte de nutrientes o de hongos micorrícicos que hacen que la siembra de estas plantas suela quedar por fuera de las actividades de los no especialistas. Para el que quiera experimentar, vale la pena leer un poco al respecto ¡y atreverse!

Para restauraciones a pequeña escala, se pueden rescatar plantas de ramas y troncos que hayan caído al suelo luego de los aguaceros. O se pueden recoger los clones ya con muchas raíces, que se desarrollan sobre las hojas maduras de algunos ejemplares.

Las plantas rescatadas o los clones se amarran a un tronco o rama que tenga condiciones lo más parecidas de luz, humedad y sustrato al sitio donde se las recogió. Se recomienda plantarlas sobre todo en un matorral o bosque nativo de varias décadas de edad; donde el ambiente esté relativamente estable y no haya un crecimiento vigoroso de plantas pioneras, trepadoras, etc., que puedan cambiar las condiciones de luz y ahogar a las orquídeas. Los matorrales y bosques ideales para plantar orquídeas como ésta suelen estar situados en laderas con suelos ácidos, pedregosos y relativamente pobres en nutrientes, donde la vegetación leñosa es vieja y, al mismo tiempo, por las condiciones del suelo, no crece excesivamente alta ni produce demasiada sombra.

Los ejemplares se plantan sobre ramas o troncos cubiertos de musgos y líquenes, especialmente donde ya crezcan otras orquídeas y helechos epífitos. Para plantarlos, se los puede amarrar firmemente con cuerda de cabuya, la cual es una fibra natural que al cabo de un año se descompone y no termina apretando ni perjudicando a la rama o tronco del árbol. En el curso de los meses que dura la cuerda, la planta tiene suficiente tiempo para producir raíces y agarrarse por sí sola. Es clave que, al plantar la orquídea, ésta quede amarrada en forma bien firme sobre la rama; que no quede floja, ya que de esto depende que la planta pueda prender y prosperar.

Esta especie, como la mayoría de orquídeas epífitas, prospera mejor con luz abundante, filtrada por algo de follaje del bosque, en un sitio donde incluso le pueda entrar un poco de sol directo por un par de horas en el día. Hay que buscar ese punto intermedio y evitar los excesos de sombra y de sol.

Para restauración ecológica, se recomienda plantar al menos tres ejemplares cerca unos de otros, para favorecer que, cuando se desarrollen, pueda haber polinización cruzada, producción de semillas y el establecimiento de una nueva población.

EJEMPLOS DE FLORA ACOMPAÑANTE
Orquídeas (Lepanthes monoptera, Lepanthes wageneri, Platystele oxyglossa, Stelis cf. oblonga), helechos (Pleopletis macrocarpa, Pleopeltis murora), peperomia (Peperomia hartwegiana).

Fuentes y Créditos

  1. (c) yudyalejag, algunos derechos reservados (CC BY-NC)
  2. (c) Mateo Hernandez Schmidt, algunos derechos reservados (CC BY-NC-SA), subido por Mateo Hernandez Schmidt
  3. (c) Mateo Hernandez Schmidt, algunos derechos reservados (CC BY-SA)

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