Orquídea

Pleurothallis killipii

Historia natural 2

INTRODUCCIÓN
Una orquídea con hojas gruesas, en forma de corazón. Del centro de las hojas se levanta ocasionalmente alguna flor de color amarillento-morado, con la forma tan especial que tienen las flores de Pleurothallis. En la finca El Cerro la especie es escasa y se encuentra presente en el bosque húmedo de las laderas de la quebrada alta.

DISTRIBUCIÓN
Endémica de Colombia. Presente en la cordillera Oriental, entre 2600 y 3300 m.

CONSTITUCIÓN, COMPORTAMIENTO Y MOVIMIENTOS
Las raíces, como las de muchas orquídeas, están cubiertas por una especie de “piel” blanca (velamen), la cual tiene la capacidad de absorber agua en forma muy rápida cada vez que llueve. De esta manera, la planta puede tomar el agua que moja los sitios sobre los que crece antes de que se escurra y evapore.

Las hojas son gruesas, almacenando agua y nutrientes dentro de sus tejidos.

Las hojas no tienen un sabor muy notorio.

En las plantas maduras, es frecuente observar que sobre muchas hojas se desarrollan clones. Cada uno de ellos es una pequeña planta que va creciendo sobre la hoja, desarrollando cada vez más raíces. En el evento de que alguno de estos clones pueda tocar el suelo, enraíza y forma una nueva planta independiente.

Como sucede con muchas orquídeas, la polinización de esta especie es un evento poco frecuente. La mayoría de las flores se marchitan y no desarrollan frutos. Los pocos frutos que se desarrollan, sin embargo, alojan inmensas cantidades de diminutas semillas en su interior.

Cuando maduran, estos frutos se rajan por los lados, liberando miles de semillas como polvo, las cuales son llevadas por las corrientes de aire.

Al igual que en el resto de orquídeas, las semillas no traen reservas de nutrientes almacenadas en ellas. Las semillas, cuando aterrizan en un sitio adecuado, no tienen la capacidad de germinar por sí solas. Cada semilla que vaya a germinar requiere que en el lugar haya un hongo especial que la “adopte”, se conecte con el embrión y le dé de comer. Cuando esto ocurre, se empieza a formar una pelotica verde, fotosintética, conocida como “protocormo”. Con los meses, el protocormo forma la primera hoja, las primeras raíces; y de ahí sigue desarrollándose la orquídea hasta ser adulta. A lo largo de toda su vida, la orquídea puede alojar dentro de sus tejidos al hongo que la ayudó a nacer.

CRECIMIENTO Y LONGEVIDAD ESTIMADA
La planta crece lentamente. Se estima que desde su germinación hasta que es adulta y produce la primera flor, pueden pasar, en condiciones naturales (sin iluminación artificial ni abonos) entre 10 y 15 años. Como sucede con muchas orquídeas epífitas y rupícolas, la planta es muy longeva; si el lugar donde crece se mantiene estable, con condiciones de luz abundante, y la planta no es arrancada o destruida por alguna otra razón, puede vivir en forma indefinida; se estima que puede superar sin problemas los 100 años de edad.

ORGANISMOS ASOCIADOS
En la literatura se ha registrado que especies de este género alojan en sus raíces hongos micorrícicos de los órdenes Cantharellales, Sebacinales y Tulasnellales, así como otros hongos endófitos (Agaricales, Hypocreales, Trichosphaeriales, Xylariales) (Durán et al. 2019, Maldonado et al. 2020, Suárez et al. 2009).

En la literatura se registra al oso andino (Tremarctos ornatus) comiendo plantas de este género (Figueroa 2013).

Flores visitadas por moscas. En la literatura se registran por ejemplo especies de las familias Anthomyiidae, Mycetophilidae y Sciaridae polinizando flores de Pleurothallis (Calderón et al. 2011, Dodson 1962, Duque et al. 2014).

PROPAGACIÓN
La propagación in vitro por semillas es la más adecuada para la multiplicación masiva de la mayoría de orquídeas. De todas formas, no es sencilla, ya que requiere condiciones especiales de medios de siembra, esterilidad y aporte de nutrientes o de hongos micorrícicos que hacen que la siembra de estas plantas suela quedar por fuera de las actividades de los no especialistas. Para el que quiera experimentar, vale la pena leer un poco al respecto ¡y atreverse!

Para restauraciones a pequeña escala, se pueden dividir con cuidado plantas con muchos tallos, tratando de dejar la planta original en el lugar donde crece, quitándole sólo una porción y tratando de causarle el menor daño posible. También se pueden tomar clones ya bien desarrollados, con raíces, que hayan nacido encima de hojas de plantas adultas de esta especie.

Las plantas divididas o los clones se plantan en un sitio que tenga condiciones lo más parecidas de luz, humedad y sustrato al sitio donde se las recogió. Se recomienda plantarlas sobre todo en un matorral o bosque nativo de varias décadas de edad; donde el ambiente esté relativamente estable y no haya un crecimiento vigoroso de plantas pioneras, trepadoras, etc., que puedan cambiar las condiciones de luz y ahogar a las orquídeas. Los matorrales y bosques ideales para plantar orquídeas como ésta suelen estar situados en laderas con suelos ácidos, pedregosos y relativamente pobres en nutrientes, donde la vegetación leñosa es vieja y, al mismo tiempo, por las condiciones del suelo, no crece excesivamente alta ni produce demasiada sombra.

Los ejemplares se plantan sobre colchones de musgo en el suelo del bosque.

Esta especie prospera mejor con luz abundante, filtrada por algo de follaje del bosque, en un sitio donde incluso le pueda entrar un poco de sol directo por un par de horas en el día. Hay que buscar ese punto intermedio y evitar los excesos de sombra y de sol.

Para restauración ecológica, se recomienda plantar al menos tres ejemplares cerca unos de otros, para favorecer que, cuando se desarrollen, pueda haber polinización cruzada, producción de semillas y el establecimiento de una nueva población.

EJEMPLOS DE FLORA ACOMPAÑANTE
Helechos (Serpocaulon funckii, Serpocaulon levigatum), orquídeas (Pleurothallis aff. bivalvis, Stelis pittieri), peperomias (Peperomia spp.)

LITERATURA CITADA
Calderón-Sáenz, E. 2011. Pleurothallis colossus. Pollination by anthomyiid flies at El Refugio nature reservation. Orchids 80: 740-743.

Dodson, C.H. 1962. The importance of pollination in the evolution of the orchids of tropical America. American Orchid Society Bulletin 31: 525-534, 641-649, 731-735.

Duque-Buitrago, C.A., Alzate-Quintero, N.F. & Otero, J.T. 2014. Nocturnal pollination by fungus gnats of the Colombian endemic species Pleurothallis marthae (Orchidaceae: Pleurothallidinae). Lankesteriana 13: 407-417.

Durán-López, M.E., Caroca-Cáceres, R., Jahreis, K., Narváez-Vera, M., Ansaloni, R. & Cazar, M.E. 2019. The micorrhizal fungi Ceratobasidium sp. and Sebacina vermifera promote seed germination and seedling development of the terrestrial orchid Epidendrum secundum Jacq. South African Journal of Botany 125: 54-61.

Figueroa, J. 2013. Revisión de la dieta del oso andino Tremarctos ornatus (Carnivora: Ursidae) en América del sur y nuevos registros para Perú. Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales 15(1): 1-27.

Maldonado, G.P., Yarzábal, L.A., Cevallos-Cevallos, J.M., Chica, E.J. & Peña, D.F. 2020. Root endophytic fungi promote in vitro seed germination in Pleurothallis coriacardia (Orchidaceae). Lankesteriana 20 (1): 107-122.

Suárez, J.P., Weiss, M., Oberwinkler, F. & Kottke, I. 2009. Epiphytic orchids in a mountain rain forest in southern Ecuador harbor groups of mycorrhiza-forming Tulasnellales and Sebacinales subgroup B (Basidiomycota). Pp. 184-196. En: Pridgeon, A.M. & Suárez, J.P. (eds.) Proceedings of the Second Conference on Andean Orchids. Universidad Técnica Particular de Loja, Loja, Ecuador.

Fuentes y Créditos

  1. (c) pablobareschuribe, algunos derechos reservados (CC BY-NC)
  2. (c) Mateo Hernandez Schmidt, algunos derechos reservados (CC BY-SA)

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